martes, 31 de julio de 2007

to tilt at windmills

Que trata de cómo una amiga mía, Laura K, anduvo leyendo nuestro blog, y esta tarde me dijo, compartiendo una canción por ella muy querida, si acaso no me sonaba...



LEGRAND MICHEL lyrics




(Y de cómo sabiendo que Julián quería música en el blog, no podía demorar más en mis aprendizajes sobre ello; que fue más o menos casi toda la tarde.)

miércoles, 25 de julio de 2007

Conocerse en las diferencias

Una de las primeras tareas del calendario didáctico es el famoso (buah...) diagnóstico. Para los que no conozcan este bonito tiempo de la relación escolar o académica, se trata de un período de entrada en conocimiento mutuo, entre docente y alumn@s; a veces, también, entre compañer@s de curso. Quitémosle, entonces, toda connotación vinculada con la búsqueda de la enfermedad o déficit, que de eso no se trata.

Entre l@s compañer@s de equipo del Departamento de Lengua, habíamos decidido trabajar con dos textos con los que nos viene gustando mucho lo que producen en el aula: ningún silencio, muchas discusiones, siempre algún nuevo tema, la observación de algo que no habíamos escuchado ya... Todavía no nos aburrimos. Y sumamos uno a la lista, que vino como anillo al dedo.

En esta primera etapa, entonces, queremos saber qué y cómo leen nuestr@s alumn@s, desde dónde, textos ficcionales y no ficcionales. (La verdad, debería decir supuestamente textos literarios y no literarios, pero con los de Sandra Russo, por suerte, establecer líneas netas entre estas categorías y dejar afuera el periodismo resulta difícil. Lo sabemos, lo hacemos a conciencia, lo mismo que en tercero con artículos de Leonardo Moledo...)

La batería -a ver si dejo las digresiones de una vez por todas- del comienzo de 4º año está armada con un cuento de Liliana Hecker, clásico ya: "La fiesta ajena" y dos ensayos periodísticos (invento un nombre, ya lo sé) de Sandra Russo: "Tela rasgada" y "El suavizante de Marcela".

Unos cuantos días de lectura y discusiones, fueron a dar en la consigna de escritura (lo que viene puede no resultar para much@s una "consigna" pero hizo escribir, así que... chupate esa mandarina): releé los textos trabajados en estos días buscando relaciones, entramados sobre ellos a través de las discusiones llevadas adelante en el aula, y escribí, inspirándote en ellas (en las relaciones, no necesariamente en los textos) algo muy personal, algo que te haga sentir muy cómodo de escribir, que te permita mostrar lo mejor de tu voz: lo que sos capaz de escribir cuando no estás sujeto a la obligación de responder a una consigna escolar, digamos...

A esa consigna responden los textos (canciones, cuentos, ensayos de opinión) publicados aquí bajo la etiqueta "yo escribo".

(Y esta entrada mía es un dislate de asociaciones libres, una invitación a la lectura digresiva, muy engorroso seguramente para un bloguero que se obligue a entrar en cada vínculo, qué va a hacer... Será que Danita me escribió hoy contando que andaba buscando qué leer.)


domingo, 22 de julio de 2007

Don Quijote recobrado

A veces, dar Don Quijote en el colegio promete algo como embestir molinos de viento. Es una obra enorme, enorme divertida, enorme grandiosa, enorme compleja, enorme larga.

Estamos con nuestr@s alumn@s leyendo de la obra de Cervantes la adaptación (hasta ahora la primera parte) que realizaron Federico Jeanmaire y Ángeles Durini. En España existe una larga tradición de adaptaciones de esta obra... Recuerdo una que trajo de España mi padre, que llegó al país en 1951 y que debe haber leído en su escuela primaria. No conozco demasiadas para adolescentes en nuestro país, en cambio.

Hace unos dos años, en unas Jornadas de intercambio entre docentes de la Ciudad de Buenos Aires, organizadas por el CePA, escuché a una profesora, cuyo nombre no recuerdo pero a quien quiero agradecer enormemente aquí, su relato de investigación sobre versiones (bien diversas) de esta obra de Cervantes. Contó su recorrido por las numerosas infantiles, sus características, formas y sentidos de las adaptaciones y finalmente describió una -esta que hoy leemos- con la que sus alumn@s se entusiasmaron y que a ella le permitía trabajar cuestiones literarias centrales de la construcción de la obra. Puest@s con mis compañer@s de trabajo a revisar la experiencia con El ingenioso hidalgo... el año anterior, durante el cual se leyó otra edición, salimos en busca de esta, la leímos y hoy la probamos en el aula. A aquella profesora que compartió su experiencia y a los adaptadores Jeanmaire y Durini, quiero agradecer las expresiones y las preguntas entusiastas de Estefi y de Julián y de Florencia, entre otr@s, que tenían temor de aburrirse y vinieron a contarme su disfrute.

Las escrituras que se publican por esta fecha nacen no de unas consignas de escritura puntuales, sino de la elaboración personalísima de apuntes sobre un trabajo de discusión en pequeños grupos acerca de algunos temas que podían rastrearse, por ahora, en una primera lectura de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha: lo humorístico, lo grave, las ficciones y la relación de los personajes con ellas, el antihéroe, casos de intertextualidad.

sábado, 21 de julio de 2007

Leon Gieco y la relación de sus canciones con nuestras tragedias

Algunas de las letras del famoso solista León Gieco, desde mi punto de vista se relacionan con las obras trágicas que leímos Edipo rey y Antígona.

Las Madres del Amor

Enarbolando dignidad
sobre pueblos vencidos,
abriéndose caminos entre sueño y horror,
van pariendo mucha más vida de la que se truncó.
Por siempre joven nos mira
la foto de ayer y hoy.
Y mañana seguirán con fuego
en los pies, quemando olvido, silencio y perdón.
Van saltando todos los charcos
del dolor que sangró, desparramando fe,
las Madres del Amor.
Muchos son los santos que están entre rejas de Dios
y tantos asesinos gozando de este sol.
Todos los gritos rebotarán
entre los años sin voz.
Silueta y catedral, campanas y reloj.
Y mañana seguirán tapándole los ojos
al cielo para que no vuelva a llorar.
Van cruzando este destino,
entre ignorancia y valor,
luz en la oscuridad, las Madres del Amor.


Sobre pueblos vencidos, abriéndose caminos entre sueño y horror , Edipo sale de Corinto en busca de su propio camino que quiere que sea uno totalmente distinto al predestinado por el Oráculo, y deja atrás muchas cosas.

Y mañana seguirán con fuego en los pies quemando olvido, silencio y perdón: Antígona le pide, le ruega a su hermana Ismene que la ayude a enterrar el cuerpo de su hermano Polinises, para no olvidarlo y que su recuerdo quede por siempre.

Y mañana seguirán tapándole los ojos al cielo para que no vuelva a llorar: Edipo al final de la obra se quita los ojos para no volver a cometer un error igual al de casarse con su madre. Lo relaciono con evitar que las cosas sigan lastimando a medida que pasa el tiempo.


viernes, 20 de julio de 2007

Martin, Cinthia, Brenda, Dana, Pablo, Laura, Juan, Pedro, Luis, Marta, Milena...


Yo pienso que el nombre es lo primero que se le da al hombre; la primera informacion que uno guarda en su mente es el nombre.
Pero ¿por qué el narrador no quiso acordarse del nombre de este hombre, personaje ? o ¿por qué Cervantes no quiso inventarle uno?

Pienso esto y entonces, que ya de entrada este hombre no fue igual a cualquier otro, o tal vez fue siempre un personaje. Tal vez Cervantes no quiso “atarlo” a la realidad de los demás, y sí dejarlo vivir su propio mundo.

Uno se da cuenta de que esta obra no es igual a cualquier otra ya con el comienzo de la historia, con el narrador no acordándose del nombre del lugar de este personaje o no sabiendo cuál es su apellido. En una obra común se empieza presentando a los personajes que van a protagonizar la obra, en El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha se los presenta, sí, pero de una manera diferente.

Termino con una duda, ...¿cómo era el Quijote de chico, en su infancia ? O ¿cómo vivió este ingenioso hidalgo su niñez?

“La mediocridad para algunos es normal. La locura es poder ver más allá”.

Ver más allá significa no encerrarse en un solo pensamiento. Los libros desarrollan la imaginación, por lo tanto, desarrollan el ver más allá. Entonces, Don Quijote está loco.

A diferencia de los demás, Don Quijote es un hombre con un nombre ideado por su propia imaginación. Eso le permite escapar de la realidad de los demás para ir a su propia realidad, con sus propias aventuras, sus propias ideas del bien y el mal y su propio nombre.

En teoría, un caballero es un hombre fuerte, valiente, musculoso. Un héroe. Pero Quijote es todo lo contrario. Sin embargo, tiene la suficiente valentía como para enfrentarse a gigantes (también llamados “molinos”); o acuchillar al gigante de la princesa Micomicoma (conocido como “cueros llenos de vino”).

El antiheroísmo del Quijote lo hace tan ingenuo, que salva a quien no quiere ser salvado, y confía en quien no debe confiar. Es que para los caballeros, los juramentos son inquebrantables. Pero lamentablemente, los caballeros solo existen en los libros, y un campesino grandote no dejará de golpear a su peón por más que lo jure.

No todo es como en los libros de caballería, en los que cuando un juramento se realiza, un gallo canta dos veces para sellarlo. El personaje de Oscar Wilde, el fantasma de Canterville, queda ridiculizado después de hacer un juramento terrible y haber esperado por horas el segundo canto del gallo, el cual nunca llegó. “Consultó varios libros de caballería, cuya lectura le interesaba extraordinariamente, y pudo comprobar que el gallo cantó siempre dos veces en cuantas ocasiones se recurrió a aquel juramento”. Pero esta vez no.

El tema de convertir a un típico personaje fuerte en una burla o parodia me lleva a relacionar la obra de Oscar Wilde con la novela de Cervantes. En las dos, los típicos personajes fuertes y respetados, son humillados, ridiculizados y desvalorizados.

En las dos obras hay un encuentro entre dos realidades distintas. En El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha hay un choque entre la imaginación y la lógica. En El fantasma de Canterville existe una familia de una sociedad no asustadiza y el fantasma que no logra su objetivo de asustarlos. La diferencia de códigos no permite la comunicación. “Aquella gente se encontraba, evidentemente, en un plano inferior de vida materialista, y era incapaz de apreciar el valor simbólico de los fenomenitos sensibles. La cuestión de las apariciones de fantasmas y el desarrollo de los cuerpos astrales eran para ellos cosa desconocida y fuera de su alcance."

A veces el no tolerar la diferencia provoca tratar de eliminarla. Un ejemplo es la quema de libros en El Quijote y el lavar la mancha de sangre en la alfombra de Canterville. No se aceptan, se borran.

Lo cómico & lo trágico


La novela de Miguel de Cervantes levantó gran polémica en un grupo, acerca de si Don Quijote de la Mancha es o no un libro gracioso. Llegamos al acuerdo de que el libro sí tiene partes cómicas, pero que todas estas provienen de la locura del personaje principal.

Quien no está conforme con su vida, tiende a cambiarla, y eso es lo que Don Quijote hace en esta historia. Al parecer es una persona mayor, supongo que rondara los 40 en adelante y nuncá logró nada de su vida que lo satisfaga. Está enamorado de una persona que no le corresponde su amor, no tiene familia ni amigos; y por eso se sumerge en la lectura de sus adorados libros de caballeros. En esas aventuras encontramos que todo termina siendo perfecto: el héroe luego de una gran batalla sale victorioso y se casa con su adorada princesa y viven juntos felices para siempre gobernando un reino donde no suele haber muchos problemas.

A su edad y en el estado en el que está, Don Quijote decide convertirse en caballero andante para vencer el mayor de los retos: que Dulcinea se entere de sus hazañas y caiga perdidamente enamorada de él. Por esto, después de lo que él supone que son buenos actos, le pide a los liberados que vayan y le cuenten a su amada quien los salvó o los venció.

A lo largo de la historia encontramos varias partes cómicas, en las cuales, la locura de Quijote causa alguna situación graciosa, pero, ¿son estas escenas verdaderamente dignas de risa?

En lo que a mi respecta me parece que no, que todo es producto de una distorsión de la realidad de su parte. Cada uno es libre de vivir su propia locura, siempre y cuando no perjudique a los demás. Pero en caso de Don Quijote resulta que sí afecta a los demás: en su convicción de que los caballeros andantes llevan dineros, se va sin pagar de una posada en el medio del camino; lo que él ve como pobres personas maltratadas por injustos son en realidad bandidos que ya hicieron daño a varias personas, y por esto los llevan maniatados.

Encuentro la tragedia en cada rincón de esta historia tanto como encuentro la comedia.

Esta obra nos muestra la decadencia de una persona respetada en su sociedad, un estudioso, que en su soledad decide salir a combatir a seres que no existen, cosas que no están.

Cada acto errado del cual Don Quijote tiene la culpa se remedia con un poco de risa para el lector y con ello se nos libera de la presión de darnos cuenta de que este personaje más que hacer bien hace el mal, de que en su inteligencia existe una negligencia. Nadie en su sano juicio puede confundir unos molinos con un grupo de gigantes, pero tampoco nadie en su sano juicio puede decir algunas de las frases que Don Quijote nos dice en esta historia, frases que nos hacen reflexionar acerca de qué es la locura y si él está verdaderamente loco.

Pero la locura es lo que nosotros señalamos como tal. En un grupo de varias personas la mayoría concuerda, y al que no, se le dice que esta loco. Si nadie concordase con nadie, no se podría vivir, porque siempre nos guiamos por las masas: si la mayoría piensa que las mesas se llaman mesas y uno dice que son sillas, todos le van a decir que no, que se llama mesa, cuando podría ser lo más bien una silla, y hasta que nadie diga que la mesa es en verdad una silla como él y lo apoye, la mesa se seguirá llamando mesa, y no de otro modo.

La gente no piensa

Hoy en día la gente usa mucho la cabeza, pero no piensa, porque, a pesar de que en la escuela, en el trabajo y en la vida ocupamos nuestra mente, no pensamos, no nos detenemos en lo que hicimos o lo que vamos a hacer, simplemente hacemos y por eso, luego no podemos apreciar los buenos momentos o no podemos detenernos a disfrutar lo que hicimos.

Mucha gente
tampoco quiere pensar porque si se detiene en esto, se da cuenta de que hoy en día el mundo en general está mal, hay guerras en todos lados, hay hambre, pobreza, miseria, sufrimiento, demasiado.

Pero no deteniéndonos a pensar estamos ignorando lo que pasa y no lo vamos a poder cambiar. Además, la gente que no piensa tampoco puede ver lo lindo de la vida, como la familia, las amistades, ¿cuánto más?

Mucha gente
tampoco piensa para no ver su realidad: que no tiene dinero o trabajo o que está solo. Y encima ahora hay miles de maneras de no pensar: la TV nos ¨entretiene¨ para que no pensemos y compremos una vida y una realidad muy diferentes a las de verdad.

Todo lo que tenemos a nuestro alrededor intenta vendernos algo, ya que si uno se pone a mirar se ven carteles publicitarios hasta en los colectivos y tratan de hacernos entender que para ser felices o para encajar en la sociedad hay que tener tal celular o tal auto, usar tal ropa y tener tal figura. Y nosotros buscamos tener todo lo que nos venden y gastamos en todas esas cosas innecesarias y criticamos al que no las tiene y ese que no las tiene acumula una ira hacia los que sí -el repetitivo no soy yo- y entonces, la gente no puede convivir y se generan grandes diferencias y como hay grandes diferencias, se genera más conflicto y discriminación, entre el que tiene porque tiene y el que no, porque no.

Ahora, nadie hace nada para que esto cambie porque nadie se detiene a pensar en lo que está pasando y deja que transcurra la vida sin pensar, para no complicarse, no darse cuenta y, en vez de salir a las calles a ayudar o de intentar cambiar lo que sucede, se queda en su casa viendo “Gran Hermano” para no tener que desocupar su cabeza.

Hoy los medios de comunicación están más interesados en hablar de la relación entre dos personas que están adentro de una casa o de una vedette que se pelea con otra, que de la inseguridad que hay en la Argentina y de los problemas que aquí ocurren. Esto hace que a la gente le importe más el asunto de las vedette que el hambre y la miseria en algunos lugares de la Argentina.

Cuando nos enteramos de lo que sucede, o nos damos cuenta de ello, no decimos que somos nosotros, la sociedad, la que tiene la culpa por no haber prestado atención a esto; decimos que es asunto de otro y le echamos la culpa y salimos a la calle a romper todo para que ese al que le estamos echando la culpa, cambie, y vemos bien que un montón de tipos con las caras tapadas salgan y rompan todo porque el tipo se lo merece, y no pensamos que capaz que el lugar que esos tipos rompieron era donde de una persona como nosotros trabajaba para mantener a su familia.

Queremos que la gente que está en el poder arregle las cosas que pasan y cuando no lo hacen queremos que se vayan, pero nunca pensamos que somos nosotros la sociedad los que tenemos que cambiar y no quedarnos sentados esperando a que alguien venga y nos solucione los problemas.

Esta no solo es una crítica a la sociedad sino que es también una autocrítica, ya que yo soy también un chico que a pesar de que me gusta ayudar y a veces lo hago, otras, como muchos, miro para otra parte; y que, cuando salgo, me olvido de que al llegar a mi casa a la noche va a haber mucha gente que se quede en la calle. Y no hago nada para cambiarlo.

jueves, 19 de julio de 2007

Por qué somos todos panzones

¿Cuál es el momento de transformación? ¿Cuál es la necesidad de esa transformación?

Creo que el zeligsmo se apoderó de la raza humana. Y de mí terriblemente.
Es que… sin darme cuenta casi me convierto en algo que no soy ni me interesa ser. Tanto cuesta seguir estando cuerdos cuando no acordamos ni estamos cómodos con el contexto.

¿A Sancho le pasará lo mismo? No lo sé, porque nadie cuenta nada sobre este personaje. ¿Se sentirá disminuido ante la excelente locura del Quijote? Qué lindo sería charlar un rato con él. Quizás seamos, el uno del otro, la solución a nuestro problema de transformaciones .Y a Zelig, claro que también lo invitaríamos.

¿Estaba Sancho bien de la cabeza? Definitivamente no. No cualquier persona, aunque sea panzón y pertenezca a un siglo lejano, seguiría a un loco por una mujer utópica.

Don Quijote de la Mancha es una historia de locos. Con un personaje que ha leído demasiado, y el otro demasiado poco. Con un loco confianzudo y el otro, que posiblemente necesite volver a encontrarse consigo mismo. Como yo a veces.

Yo a Sancho Panza lo quiero, pero a veces me gustaría ser más una loca librera, que una loca en eterna transformación.

martes, 17 de julio de 2007

En el principio fue Edipo

Este año 2007, el programa de literatura propone como objeto de reflexión "los clásicos". Eso quiere decir justamente que no sabemos qué son y nos lo preguntamos: ¿por qué perduran algunas obras y no otras?, ¿qué las hace perdurar?, ¿quiénes son responsables de que perduren?, ¿en qué formas perduran o cuáles son las consecuencias de su permanencia entre nosotr@s?, ¿qué perdura de esas obras, además de ellas, más allá de ellas, por medio de ellas?

... Tal vez deberíamos admitir la falta de regularidades y preguntar más específicamente qué hizo perdurar a cada una en ese momento en el que pudo haber sido olvidada... Total, tampoco eso terminaremos de responderlo. Y la verdad es que han tenido por lo menos suerte: han superado incendios desde Alejandría hasta Inquisiciones varias, han superado la negación, el horror, la falta de pasión y aquí están. O nosotr@s entre ellas; cual destinadas, preferidas de los hados, todo indica que nos sobrevivirán.

Nuestras palabras se conocieron mutuamente con motivo de Edipo Rey, como no podía ser de otro modo. Lo leímos, lo releímos, le elegimos las frases que más nos gustaban como para impresionar e impresionarnos, pensamos su contexto político, a qué ser un rey se refería esta obra, comenzamos a ubicarnos históricamente en relación con el inicio del teatro como tantas cosas en la Grecia Antigua. Fuimos volviendo de a poco al texto, por momentos reproducido y actualizado con una extraña fidelidad en la película de Pier Paolo Pasolini.

Después, Antígona y otras escrituras: nos prestamos preguntas para volver al texto y pensar a los personajes, o mejor dicho, a nosotr@s en su lugar. ¿Cuánto nos dicen de nosotr@s mismos? ¿Cuánta distancia nos separa de ell@s? ¿Cuánto nos conocía Sófocles? ¿Hay algo esencial en la condición humana que nos permite ser comprendid@s por Sófocles? ¿Será que les hacemos decir a sus obras lo que necesitamos decirnos? Pero entonces, ¿los textos pueden decir todo lo mismo que nada? ¿Y no es, acaso, lo que ocurre cuando no entendemos las formas de arte con las que otras personas se emocionan?
Entonces, ¿la cuestión de la perdurabilidad de los clásicos no es solo una cuestión diacrónica...? Ops.

Las entradas de nuestro blog dan cuenta del trabajo que produjimos y producimos malentretenid@s en lugar de responder a tan importantes preguntas.