jueves, 19 de abril de 2007

De los cuadernos de la Ciprianilla I

Ya no recuerdo de quién fue el primer comentario, pero es muy llamativo e interesante: la segunda lectura de Edipo Rey resultó menos clara que la primera. Quizás tenga que ver con que se trata de una lectura que cuestiona, una lectura sin intriga y, entonces, sin otro motor que la letra (que no se pasa por arriba para resolver un enigma). Quizás tenga que ver con que es una lectura que busca el problema (así que lo encuentra). Me pareció valioso el comentario porque una lectura menos clara es una lectura no obvia, es decir, alguien reporta que de verdad releyó y no que volvió a pasar los ojos por una página ya conocida.

Mile hace aparecer de una pregunta minúscula todo el tema de la ironía trágica: las referencias de Edipo a sí mismo, sin tomar conciencia de ello, cuando dice, por ejemplo, que se ocupará de hacer justicia respecto de la muerte de Layo como si de su propio padre se tratara.

Explico a qué se le llama ironía trágica. Antes para esto, revisamos qué es exactamente un ironía (la distinguimos de formas del humor diversas, como el sarcasmo): la ironía es la afirmación de lo contrario que se quiere dar a entender, decir/nombrar lo opuesto a lo que se significa; no es cualquier manera de decir una cosa con otro sentido (para el caso esto abarca también la metáfora, la metonimia, la personificación, en fin, cualquier figura o tropo es decir una cosa y dar a entender otra).

Entonces, ¿por qué lo mencionado por Milena es una ironía? Porque Edipo habla de otros, habla como si no se tratara de él, pero todos escuchamos entendemos lo contrario. Vemos así que se habla de ironía trágica como una marca de estilo del autor, que tenemos que ponernos en el lugar del autor para pensar la dicción de una ironía en este caso, no en el lugar del personaje. Entonces, traducido: Sófocles hace que Edipo no hable de sí mismo para que entendamos que es a sí mismo a quien se refiere.

Hasta ahí con lo que esto tiene de ironía, pero también pensamos por qué era trágica, por qué no era una ironía a secas y vimos que no se trataba de cualquier clase de dichos los que se volvían contra el personaje, sino aquellos que decían su destino y su propia contradicción. Son ironías que permiten entender lo fundamentalmente trágico de la acción: la praxis trágica: qué hace y qué pensamiento supone ese hacer que condenará al personaje a su caída. Justamente, no saber lo que nosotros sí sabemos es lo que lo volverá un héroe trágico, saber nosotros lo que él no sabe es lo que nos permite la catarsis, la liberación, el quedar a salvo de su destino.

Así vimos una característica muy propia del teatro (más allá del género): la multitud de niveles de comunicación: estuvimos un rato recuperando “las líneas” (por decirlo visualmente) de comunicación entre los personajes y las diferenciamos de la comunicación entre una puesta y los espectadores o el texto y los lectores.

Martina señala momentos de anticipación del coro a la acción con sus miedos y sus preguntas y también la identificación del Coro con el protagonista. Hablamos de las vías y sentidos de la identificación de los espectadores con el héroe y con el coro. Esa ambivalencia es la que corresponde a la tensión entre lo individual y lo social, el deseo y el deber ser.

Milena observa el modo enigmático en el que Tiresias se dirige a Edipo, en los efectos de ese modo metafórico de hablar. Ha recogido algunas citas. Otros recuerdan ese mismo momento y empiezan a entender el conflicto de Edipo que no puede aceptar fácilmente lo que se le está invitando a interpretar. Algo así como que se le está pidiendo que colabore en la lectura de un texto según un código que niega todo lo que para él puede tener sentido (ser quien es, haber vivido lo que vivió, haber hecho lo que su conciencia le asegura, etcétera).

En cuanto al pedido de cuestiones políticas que esta obra pudiera representar o evocar, Jason y Denisse proponen una referencia a la última dictadura. Traen a colación como presencia fuerte para ellos el tema de los desaparecidos en el hijo que desconoce a sus padres, esto por el recuerdo de los que han sido expropiados de su identidad a través del robo de niños y de la falsificación de su identidad, como tema político que resuena para nosotros. Se habla de las abuelas de Plaza de Mayo y de la fuerza para sostener su demanda y su búsqueda a través de los años. Reflexionamos sobre formas del heroísmo.