lunes, 30 de junio de 2008

Romances históricos

Thamar y Amnón

Para Alfonso García-Valdecasas.

La luna gira en el cielo
sobre las sierras sin agua
mientras el verano siembra
rumores de tigre y llama.
Por encima de los techos
nervios de metal sonaban.
Aire rizado venía
con los balidos de lana.
La sierra se ofrece llena
de heridas cicatrizadas,
o estremecida de agudos
cauterios de luces blancas.

Thamar estaba soñando
pájaros en su garganta
al son de panderos fríos
y cítaras enlunadas.
Su desnudo en el alero,
agudo norte de palma,
pide copos a su vientre
y granizo a sus espaldas.
Thamar estaba cantando
desnuda por la terraza.
Alrededor de sus pies,
cinco palomas heladas.
Amnón, delgado y concreto,
en la torre la miraba,
llenas las ingles de espuma
y oscilaciones la barba.
Su desnudo iluminado
se tendía en la terraza,
con un rumor entre dientes
de flecha recién clavada.
Amnón estaba mirando
la luna redonda y baja,
y vio en la luna los pechos
durísimos de su hermana.

Amnón a las tres y media
se tendió sobre la cama.
Toda la alcoba sufría
con sus ojos llenos de alas.
La luz, maciza, sepulta
pueblos en la arena parda,
o descubre transitorio
coral de rosas y dalias.
Linfa de pozo oprimida
brota silencio en las jarras.
En el musgo de los troncos
la cobra tendida canta.
Amnón gime por la tela
fresquísima de la cama.
Yedra del escalofrío
cubre su carne quemada.
Thamar entró silenciosa
en la alcoba silenciada,
color de vena y Danubio,
turbia de huellas lejanas.
Thamar, bórrame los ojos
con tu fija madrugada.
Mis hilos de sangre tejen
volantes sobre tu falda.
Déjame tranquila, hermano.
Son tus besos en mi espalda
avispas y vientecillos
en doble enjambre de flautas.
Thamar, en tus pechos altos
hay dos peces que me llaman,
y en las yemas de tus dedos
rumor de rosa encerrada.

Los cien caballos del rey
en el patio relinchaban.
Sol en cubos resistía
la delgadez de la parra.
Ya la coge del cabello,
ya la camisa le rasga.
Corales tibios dibujan
arroyos en rubio mapa.

¡Oh, qué gritos se sentían
por encima de las casas!
Qué espesura de puñales
y túnicas desgarradas.
Por las escaleras tristes
esclavos suben y bajan.
Émbolos y muslos juegan
bajo las nubes paradas.
Alrededor de Thamar
gritan vírgenes gitanas
y otras recogen las gotas
de su flor martirizada.
Paños blancos enrojecen
en las alcobas cerradas.
Rumores de tibia aurora
pámpanos y peces cambian.

Violador enfurecido,
Amnón huye con su jaca.
Negros le dirigen flechas
en los muros y atalayas.
Y cuando los cuatro cascos
eran cuatro resonancias,
David con unas tijeras cortó
las cuerdas del arpa.




EL poema de García Lorca narra sobre la historia de Thamar y Amnon, dos hermanos hijos del Rey David, que pertenece a la Biblia (Samuel II). Sin embargo, Lorca introduce cambios a la verdadera historia; de esta forma crea una historia nueva que no pierde la esencia de la original.

Thamar y Amnon son los protagonistas de la historia, pero hay un protagonista mas importante en este relato que aparece en segundo lugar, la luna. La luna además de ser un "objeto" característico del Romancero Gitano, cumple un rol fundamental: ilumina a la joven y a partir de ello resalta la belleza de Thamar, lo cual hace que se genere el deseo de Amnon.

La naturaleza juega un papel importante en la obra; a través de metáforas muestra lo que los personajes sienten o van a hacer. Por ejemplo, en “Yedra del escalofrío” aparece una planta para demostrar un sentimiento: la yedra es una enredadera, o sea que a Amnon lo enreda el escalofrío.

A Thamar se la presenta como una chica virgen / pura (“Thamar estaba soñando pájaros en su garganta”) pero a su vez está sexualmente deseosa y busca un hombre que pueda complacerla ("Su desnudo en el alero, agudo norte de palma, pide copos a su vientre y granizo a sus espaldas" ).

Amnon quien miraba desde una torre también se encontraba exitado (“Amnon, delgado y concreto, en la torre miraba, llenas las ingles de espuma y oscilaciones la barba). Sin embargo a Anmon solo le llaman la atención los pechos de su hermana.

Hay un frase que nos da un indicio de lo que puede llegar a pasar: “Toda la alcoba sufría con sus ojos llenos de alas” y aquí se muestra que es tan grande el deseo de Amnon que la alcoba lo siente y que él sueña con tener alas para volar más allá de su alcoba y estar con su hermana.

El quiebre se muestra a través de la reacción de Tahmar ante el acercamiento de su hermano “Son tus besos en mi espalda avispas y vientecillos en doble enjambre de flautas”, Thamar a pesar de estar exitada no es a Amnon a quien busca.

Luego se vuelve a demostrar que a Amnon solo le interesan los pechos de su hermana que ella como persona no le transmite nada. Es solo un para de pechos. “Thamar, en tus pechos altos hay dos peces que me llaman, y en las yemas de tus dedos rumor de rosa encerrada.”


El final de Lorca tiene es muy distinto del original. Amnon huye al ser perseguido por los negros y la pobre Thamar es consoladas por las vírgenes gitanas. En cambio en la historia real Amnon no sufre consecuencias ya que es el primogénito de David y él trata de ocultar la verdad al pueblo. Sin embargo, Absalón otro hermano decide tomar justicia por mano propia y manda a matar a Amnon.

En el final de la historia de Lorca se vuelve a ver la relación con la naturaleza y cómo utiliza metáforas para describir a los personajes cuando llama a Thamar “Flor martirizada”.

Al final de todo Lorca utiliza un frase que tiene que ver con lo que va a pasar después de esta historia. Es decir, que Lorca conoce la historia de David y su vida y sabe que a partir de aquí comienza la caída de su reinado. Lorca dice: “David con unas tijeras cortó las cuerdas del arpa”. Esto quiere decir que la felicidad va a dejar de estar con David ya que él tocaba una bella música para tranquilizar al rey anterior, Saúl, a quien el espíritu de D’s había abandonado y en su lugar había un espíritu malvado quien no dejaba vivir a Saúl en paz. Es decir que David va a dejar de escuchar esa música hermosa que él tocaba y así vendrá el final de su mandato.


Matías Ankia

domingo, 15 de junio de 2008



Después del ocaso, después del fuego de mi abrazo, los dos son espuma negra, maestra del deslice por las cornisas del recuerdo sin más pudor que el de mi propia sombra, de abajo para arriba, toco mis huesos, si es que dejaste algunos además de tanto vidrio.

Las acuarelas con las que dibujamos cada estela de la ooomnipresencia divina del adiós y del hermoso desgaste en la pasión.

Qué aventura amarte con tanto pánico, mientras se va yendo la vida, y nos quedamos solos.

Mis pies ya se acostumbraron a no estar sobre la tierra para terminar debajo de ella.

Quizás encuentre otro barco para naufragar en llanto.

Y secarme sola.

viernes, 6 de junio de 2008

La pampa no es un lugar

"Al horizonte de un suburbio"


Pampa:
Yo diviso tu anchura que ahonda las afueras,
yo me estoy desangrando en tus ponientes.

Pampa:
Yo te oigo en las tenaces guitarras sentenciosas
y en altos benteveos y en el ruido cansado
de los carros de pasto que vienen del verano.

Pampa:
El ámbito de un patio colorado me basta
para sentirte mía.

Pampa:
Yo sé que te desgarran
surcos y callejones y el viento que te cambia.

Pampa sufrida y macha que ya estás en los cielos,
no sé si eres la muerte. Sé que estás en mi pecho.



El poema escrito por Jorge Luis Borges, y publicado en el libro Luna de enfrente llamado “Al horizonte de un suburbio” me cautivó. No sabría explicar si es por las distintas características que le otorga a la pampa argentina o por la profundidad de unión entre estas palabras y el autor.

A lo largo de todo el poema podemos ver que existe un vínculo muy importante entre el poema y el autor: en varias ocasiones utiliza la palabra “yo”, la misma corresponde a la persona, a él, Borges, y de esta manera vemos un poema lleno de sentido, que les aseguro no tendrá nunca el mismo significado para nosotros que para quien lo escribió, porque solo vamos a poder encontrar una conexión tan fuerte si se ven expresadas nuestras propias ideas sobre la pampa.

Es importante destacar que en todo el poema el autor no hace nunca alusión a que la pampa es un lugar, de no saber lo que la pampa es podríamos interpretar esta designación como referida a una persona, como también un lugar, o como un sentimiento. El autor juega con la indefinición de qué es la pampa, o quién es la Pampa. También la vemos como algo propio del autor, algo próximo a él, lo que nos deja más intriga.

Pero tomando la postura de que conocemos qué es la pampa, la conocemos como un lugar, podemos ver la caracterización que hace de ella, muy emocional en todo momento, haciéndola propia en la poesía como algo muy personal del autor. Podemos ver esto en su máxima expresión, según mi parecer en las líneas siguientes: “El ámbito de un patio colorado me basta para sentirte mía”; “Yo sé que te desgarran surcos y callejones y el viento que te cambia”. En la primera cita, el autor siente suya la pampa hasta con el más mínimo estímulo que se pueda aplicar, lo que nos dice -de otra manera- que el autor siempre la tiene presente, es suya en cada instancia y en cada sentido, que tan solo con el mínimo estímulo este alude a la pampa, como algo que podría llegar a añorar. Verdaderamente desconozco si Jorge Luis Borges vivió o no alguna vez en la pampa, por lo que puedo leer en este poema yo diría que , sentimientos de estas características no se desarrollan de un día para el otro, sino que se construyen con momentos importantes y recuerdos de él que nos lleven a la añoranza.

Otra línea que me pareció muy conveniente analizar es la última: “no sé si eres la muerte. Sé que estás en mi pecho”. Releemos: "sé que estás en mi pecho, no importa lo que eres, podrías ser hasta la muerte, pero estás en mi pecho, y eso es lo que importa". Esa es la interpretación que le puedo dar, vemos que el sentimiento entre el autor y este lugar es tan profundo, que la pampa podría ser hasta la muerte, pero él la seguiría estimando de la misma manera. Lo que podemos observar, en este poema como en casi todo el libro de Jorge Luis Borges, es que el poema trata de la Argentina, y deja en claro su profundo amor hacia este país y los lugares que lo integran.

Otra instancia que me pareció oportuno analizar es la del título, "Al horizonte de un suburbio". Un suburbio, según el diccionario de la Real Academia Española, es "un barrio o núcleo de población situado a las afueras de una ciudad o en su periferia, especialmente el que constituye una zona pobre aneja a la ciudad". Por lo que esto me da pie a interpretar que, si tomamos en cuenta un suburbio como un lugar pobre, donde la mayoría de las personas perdió sus esperanzas, y la Pampa como un lugar al que se le atribuyen todas las características dichas por el autor, luego, en el poema, me queda a la sensación de que la pampa podría llegar a ser la esperanza de la gente pobre, un lugar que sea caracterizado por estas palabras tiene que ser un lugar bello, un lugar donde se pueda ser feliz.

Por esto vemos la complejidad del poema, el autor nos invita a conocer la pampa como el lugar que tanto le gusta, al que caracteriza con esas maravillosas palabras, pero ante estas vemos dos posturas, la primera, la que expone a la pampa como un lugar de esperanza, un lugar para todos, y la segunda, como un lugar propio del autor, algo que no le gustaría tener que compartir.


Octavio Krause

jueves, 5 de junio de 2008

Cual mi explicación:

Análisis de Trilce, de César Vallejo



Trilce es el desmesurado hombre de una sombra que todo tiene al final, excepto principio. Con esto digo, tiene 77 poemas tan surrealistas como la condición humana, que contienen construcciones tan histriónicas que se olvidan de los signos que engendran, las exclamaciones más sublimes de los gestos. A veces, las preguntas también se olvidan de nacer.

El libro galantea por todos lados con formas que terminan de darle el sentido al poema para que carezca por completo de él. Las imágenes que propone se suceden las unas a las otras. Los espacios en blanco armonizan la pieza y desquician al lector, quien paulatinamente hace propios a los ayes y a los otros suspiros de los ayes que asoman cada tanto, circulando por esa sangre que hace funcionar el libro. Se sube y se baja y se sube y se baja, se enoja, se corre, se DILATA. Mayúsculas interrumpen por todos lados, irrumpen letras que naturalmente no son ordinarias en sus lugares de residencia, que son más fuertes que sus cuerpos, e irrumpen palabras que no son ni menores ni iguales a su especie. Algunas palabras son porfiadas, inventadas. Algunos inventos son divinas paradojas y otros, anagramas. Otros son solo de atrás para adelante. Son. Y eso es lo que se teje aquí. Sones de palabras y ruidos que no pueden entenderse más que chocándose y gastándose y afectando al que lee. Viajes infinitos y cada vez más desiguales que al principio. Se siente una morbosidad romántica, un aire de tiempo que va y viene por los renglones, cuando quiere y como tiempo. Impreciso como el solo. La muerte envuelve la obra, le hace sombra por las cuatro esquinas, a veces en persona, a veces en el doble sentido.

Renuncian los poemas a sus nombres, adoptan números que ordenan el espacio. Quién quiere un nombre cuando se tiene tantas personalidades? Si Trilce es una flor, o si Trilce es lo triste y lo dulce, es indiferente. No logrará inmutar ese pulso misterioso.


XLIII (Quién sabe se va a ti...)


Quién sabe que tan puntual será la madrugada que te depara, quién sabe si será de madrugada. Cuando llegue, no le hables más que con las manos. La muerte también se escapa de la vida, que es muerte.

Aprender a irse. Es inexorable irse. ¿Es inexorable irse?. No lo es aprender. ¿No lo es aprender? Uno se aprehende a irse, todo el tiempo. Ese quién sabe que va a ti, sabe por qué. Aunque te vayas. No se puede acusar a los desenlaces, menos si no se les acusó cuando desarrollos eran. ¿Dónde se empieza a construir y dónde se termina de destruir? ¿Cuándo se deja de salir y se comienza a entrar? ¿Qué puertas se cierran, cuáles quedan entreabiertas? Amiga de la muerte, la acaricias. Pero no por encargue, no por piedad, no con desgano. Acaricia porque ya sabes, acaricia cuando sepas. Entregate cuando te desconozcas a vos menos que a tus madrugadas. Anda solo cuando te ande el cuerpo y puedas mover cada uno de tus dedos.


Martina Mainardi

Con yapa


Creí que fuese un pelo rebelde,
atormentado,
pero al mirarme el pecho
comprobé que era verde.

Pasaron noches y días.
Apareció una hojita
y después otra... y otra...
y todavía otra.

¿Un trébol de cuatro hojas?...
¡Qué alegre!
¡Qué alegría!

Pero al morir los meses,
una dura corteza recubría su tronco,
mientras le iban creciendo unas cuantas ramitas.

Ahora ya es un árbol
solitario,
frondoso,
perfecto,
chiquitito.

"Arborescencia", Oliverio Girondo en Persuasión de los días

El poema de Oliverio Girondo representa el paso del tiempo como algo desconcertante, invitable y en ello el estusiasmo de ver lo que sigue, el crecer.

Está marcado por puntos y comas, utilizados para poder hilvanar de tal manera cosas. Los puntos suspensivos nos transmiten el paso del tiempo, las comas acentúan el pausado marchar de la historia, y los puntos para revelar que algo termina; y con ello el comienzo de lo desconocido.

Un punto final, en señal de que el árbol se termina de formar, y ahora es lo que es.

Utiliza los signos de exclamación para acentuar la alegría que es tener un trébol de cuatro hojas: trae suerte, es verde, representa vida y frescura; por sobre otras cosas, el trébol del poema tiene cuatro hojas, y en las primeras cuatro estrofas es donde se narra el principio, desarrollo y final de este pequeño, que luego pasará a ser un gran árbol.

Son utilizados los signos de pregunta para demostrar sorpresa, lo increíble que es que te salga un trébol de cuatro hojas en el pecho.

El poema tan solo en la primera estrofa rima las palabras; luego, de pronto todo cambia en su cuerpo, y deja de hacerlo. Esta relación entre sorpresa, incertidumbre y falta de concordancia entre los sonidos, nos permite percibir el desconcierto.

Cuando el pequeño trébol se transforma en un árbol, los cambios, el desarrollo, están plasmados en la cuarta estrofa, y como podemos apreciar esta es la más larga.

Finalmente el poema termina con la palabra "chiquitito", donde encontramos una disminución de longitud por renglón en cuanto a estrofas. ¿Por qué sera que llama chiquito a un árbol frondoso, grande? ¿Habrá ahí una regresión en el crecimiento?

Es paradójico el pasaje de la alegría a la muerte. En un principio todo era felicidad, satisfacción, pero después comienza el crecimiento, el desprenderse de las cosas, el dolor en el pecho de algo nuevo, una sensación rara. La progresión inevitable, ni siquiera la muerte es capaz de frenarla, ya que esta lleva al surgimiento de algo nuevo.

La dura corteza puede ser interpretada como lo duro y áspero de la vida, las ramas son los surcos, las marcas que la historia nos va dejando en el pasar del tiempo.


Mi Arborescencia.


La vida comienza,

Nuestro cuerpo lleno de tormentos,

Preocupaciones,

No sabe que irá a ocurrir.


De repente,

De la nada,

Sin previo aviso,

La vida nos sorprende.

¡Huy! ¿Qué es esto?


El crecimiento del hombre.

A lo largo del tiempo

tiene sus frutos;

En un principio débiles,

Alegres,

Fantasiosos.


Con el paso del tiempo

Se Fortalecen,

Florecen,

Fluyen,

Fallecen.


Aparecen las asperezas,

Conflictos,

Desilusiones,

Ambigüedades.


Finalmente todo se aclara.

El agua fluye

por los caminos realizados.

Se echa a andar sola.

Recorre paisajes inexplorados

Hermosos,

Perfectos.



Georgina Pecchia


miércoles, 4 de junio de 2008

lo sentido, el sentido

ÉL

¿Dónde estará?
¿Dónde se habrá escondido?

Creí que se ocultaba entre los ruidos.
Lo busqué.
Se había ido.

Sospeché que habitaba el desamparo.
Fui a su encuentro.
No estaba.

Pensé que su presencia me cegaba.
Me aparté.
No vi nada.

Esperaba encontrarlo en mi camino.
Lo esperé.
Aún lo espero.


El título de este poema nos refiere ensencialmente a algo ya nombrado, sentido.

El poema comienza con una incógnita que nos lleva a una intriga infinita: nos hace preguntarnos ¿Dónde estará?, ¿dónde estara qué?, ¿qué cosa?, ¿de qué habla?, ¿una persona?, ¿un sentimiento? Continúa contando todo el proceso de búsqueda por ese objeto de deseo que tanto anhela.

Luego de las preguntas, podemos notar que el poema se divide en cuaro estrofas y dentro de ellas tenemos tres oraciones, separadas con punto aparte.Cada una de ellas nos indica, el antes, el durante y el después, es decir: el supuesto, la acción y la consecuencia o resultado.

Finalmente la lectura sobre la esencia que tiene el poema me indica que puede estar hablando sobre el amor. Ese sentimiento que las personas tanto buscan y que tanto les cuesta encontrar. Ese amor que puede llegar a estar entre los ruidos, entre conflictos, amores prohibidos, no correspondidos, y que sin embargo se busca sin cesar, entre dudas, sospechas, supuestos.

Denisse Bellatti

martes, 3 de junio de 2008

Violín del triste


Violín y otras cuestiones, de Juan Gelman es un libro que nos da la sensación de tristeza. Las cosas que se suponen que deben ser bellas / dulces como un atardecer, o una calesita, están representadas por cosas tristes como " Iba sin luz, sin una rosa. Sin un poco de mar, sin un amigo. Me vio el caballo de la calesita. Me vio tan solo que se fue conmigo".


En cada poema podemos hallar ciertos temas que se repiten, como el de los niños (mencionados en algunos poemas como "el hijo"), que -conociendo el pasado de Juan, cuyo su hijo con su esposa embarazada conforman la gran lista de "desaparecidos"- pudimos comprenderlo de distinta manera a la que lo hubiésemos interpretado sin considerar este aspecto de su biografía.


Al leer su obra nos atrapa un deseo de justicia, que no tiene miedo de manifestarse, pero no por eso deja de ser dolorosa. Habla con signos de exclamaciones, utiliza muchos paréntesis, las barras y en varios poemas utiliza la disposición del texto en la página, generando ciertos sentidos.


Encontramos que el libro está separado por capítulos y nos pareció raro encontrar algunos poemas con títulos y otros no; y de su ultima poesía creemos que no es coincidencia que se titule "Final", lo que a primera vista parece como si hablara de la poesía en general, pero luego de leer el libro y analizarlo podemos reconocer argumentos ya mencionados en otros poemas.


Mientras hacíamos este texto, nos dieron ganas de hacer una actividad parecida a la del diario pero cambiando un poco las características. Agarramos algunas frases de los distintos poemas y armamos uno nuestro. Esperamos que guste.

Contra el espanto-

Así eras,

Una ternura, si, con apellido.

Como todo lo que sufre y crea.

Pero no,

no tenias/tenes permiso para sufrir,

¿Y qué?

(aquí empezó a dolerles el huesito).

Posiblemente existas de ese modo, pálido, flaco.

Ya que no quiero que tu piel se marchite,

que tu risa caiga a pedazos,

que tu sangre se hunda para siempre.

¡No!

Y como duele...

¿Quien se ha muerto? ¡Mentira!

-Y me detengo.


Luli y Joy/ Joy y Luli


En Interrupciones I

Afuera seguía la lucha de clases, el capitalismo brutal, el duro trabajo, la estupidez, la represión, la muerte, las sirenas policiales cortando, la noche. Él tomo el endecasílabo, y con mano hábil lo abrió en dos cargando de un lado más belleza y más belleza del otro.
¿Quién es esta sombra que camina lejos?
Camina, camina, camina. Solo, y no tan solo, porque luego de tantas preguntas puede afirmar que el extraño sanantoniano bicho de Dios esta al lado de él encima de él abajo de él, así como estan su mujer, su hijo y sus compañeros, entre cada letra o palabra o verso. Y la Revolución. No deja de caminar.
Da pasos llenos de dulzura y tristeza, sin embargo no se da por vencido, y por un momento del recorrido, deja de acariciar el suelo con pasos/palabras suaves para emprender una corrida y pisar fuerte, tanto como esas botas. La furia lo abarca y acaba, y cava el 76 cava el 77. La sombra no puede parar de volar. Mata a la derrota con cada uno de sus versos asesinos y apalabra con rabia la muerte. Pero la memoria lo frena, la furia le da frío, y retoma su viaje, vuelo de gorrión que no olvida ni deja que una gota seque. El pajarito rejunta los pedacitos rotos y los desmuere, renaciendo sus seres amados y caminandolos con las pies del mundo, sin parada
sin parada se desvió de su objetivo principal para llegar a la puerta del vos vos vosmí , para luego retomar el camino, esta vez acompañado, amando, reamando, rearmando.
¿camino que no descaminará?
¿uno que no se entiende sino en dos?
camino que no descaminará
uno que no se entiende sino en dos

Ignorancias

tiempos oscuros/luminosos/el sol

cubre de sol la ciudad partida

por súbitas sirenas/la policía busca/cae la noche y nosotros

haremos el amor bajo este techo/el octavo

en un mes/conocen casi todo de nosotros/menos

este techo de yeso bajo el cual

haremos el amor/y (que) tampoco conocen

los viejos muebles de pino bajo el techo anterior/ni

la ventana que la noche golpeaba mientras brillaba como el

sol/ni

las camas o el suelo donde

hicimos el amor este mes/rodeados de rostros como el sol

que

cubre de sol la ciudad

Juan Gelman

Poema partido como la ciudad reina de hipocresía, brillante/el sol, caliente/el sol, quema/el sol. El sol cubre la ciudad hasta convertirla en cenizas y al mismo tiempo, como barras paralelas, brilla entre dos cuerpos que hacen el amor bajo techo.

Y el sol puede brillar, aunque sea por un mes, si se ignora la oscuridad. A pesar de que la noche caiga y aplaste la ciudad, las palabras siguen su recorrido sin pausas, ignorando lo oscuro para brillar, y teniendo bien claras las consecuencias. Hablan hacia adelante, como en un tobogán, hasta que se encuentran rodeados de rostros que queman como el sol, que conocen casi todo de ellos, menos esa luz que los encandila mientras observan por la ventana. Ignorantes.

Las palabras tropiezan, el sol cubre sus cuerpos como a la ciudad.


Brenda Kreizerman

Y si ella dice...

De Materia de pescado, uno de los trabajos que más me gustan de Liliana Felipe.


Get your own playlist at snapdrive.net!

12: dos que "se"

Se miran , se presienten , se desean,
se acarician, se besan , se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se desnudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enancan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enalzan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.


En Espantapájaros



Es sexo escrito de una manera que solo él puede hacerlo. Oliverio Girondo tiene la auténtica capacidad de ser el más profundo y erótico de la manera más inocente.

Y acá se muestra. El poema 12 es el que más me remite al autor, resalta entre los demás poemas de este libro, de este autor, y de cualquier otro artista. Y también en Espantapájaros se hace notar, siendo el único que no es prosa poética, sino que respeta más la estructura clásica de la poesía.

En una primera ojeada, resaltan los verbos en presente y en plural. El poema así cobra mucha más fuerza. Pero Girondo no se podía conformar con las acciones para describir este tipo de escena y nos llena de olores y sabores, usando algunas plenamente sexuales, como “se desnudan, se penetran, se babean”, algunas más juguetonas “se refriegan, se estiran, se iluminan”.Y al repetirse la estructura de toda la única tirada, forma como una música, un ritmo que se reitera y va creciendo y acumulándose, evolucionando junto a la relación sexual. Se hace nuevamente tan intenso este encuentro sexual, que vuelve vehemente la lectura y logra la identificación del lector, invitándolo a participar del frenesí, de la pasión y el divertimento, como no muchas poesías pueden hacerlo .

Los verbos están la gran mayoría presididas por la palabra SE. “Se” da una sensación de complicidad, y a la vez de violencia. Su presencia cambia el sentido de la obra de Girondo, pero también su ausencia: resaltan los verbos que no están acompañados por ese pronombre.

Girondo usa solo comas en el transcurso de su poema Nº 12, hasta los dos últimos verbos, los cuales son separados por un “y”, que le da un cierre al ciclo, a la transformación que surge este amorío.

Un final feliz "y se entregan” que cierra este juego y deja tranquilo al lector. Semejante pasión, acaba finalmente.


domingo, 1 de junio de 2008

Falleciente: presente activo de "fallecer"



Epitafio:


Un pájaro vivía en mí.

Una flor viajaba en mi sangre.

Mi corazón era un violín.


Quise o no quise, pero a veces me quisieron.

También a mi me alegraban:

La primavera, las manos juntas, lo feliz.


¡Digo que el hombre debe serlo!


(Aquí yace un pájaro.

Una flor.

Un violín.)


Juan Gelman


"Epitafio" me habla de la muerte, por su título y por su conjugación verbal en tiempo pasado. Pero este no es cualquier pasado, sino uno donde el autor era feliz, ya que parece conocer esa sensación donde lo habitaban pájaros, flores y violines por doquier. Nunca deja de señalar en el poema a esa otra persona que lo acompañaba con "las manos juntas".


Desconcierta encontrar un paréntesis, ya que es poco común la ubicación de estos signos al final de un texto. No puede saberse si se trata de la adición de algún dato faltante o del mismo epitafio del cual habla el poema. El hecho de que el paréntesis esté escalonado representa un descenso, idea muy vinculada con la muerte, donde lo que representaba la felicidad unos renglones atrás se va desvaneciendo hasta que, finalmente, cae.


¿Qué es realmente lo que se murió? ¿Una persona o solamente una parte de ella?


El epitafio es un escrito sobre la tumba, donde supuestamente está el nombre de la persona falleciente. Pero nuestro epitafio no tiene ningún nombre, sino ciertas palabras que gracias a la lectura del poema sabemos que son las características de la persona que era feliz.


El epitafio de Juan Gelman anuncia la muerte de la felicidad.


Luli Setton