viernes, 1 de junio de 2007

De los cuadernos de la Ciprianilla VII

Volvemos con Aznar, Puleio y Bacher.

Los temas “revolucionarios” y los valores literarios son las causas de la permanencia de los clásicos. Cuando explican qué se entiende por valor literario se vuelve otra vez a las cuestiones temáticas. Así que luego planteo que un valor literario de lo temático quizás sea salir del sentido común con un cuestionamiento. Pero que la explicación tal como se formulaba parecía proponer, hacía esperar, otros valores literarios que no fueran los temáticos. Charlamos entre todos cuáles otros podían ser tales y aparecieron referencias a las formas literarias (géneros, estilos, su revisión, modificación, reelaboración, etc).

Tengo anotado algo rarísimo que no recuerdo que haya sido dicho, tal vez sí, tal vez fue un modo particular de entender lo que se dijo: “lo que perdura rompe un orden”. Lo leo ahora con otra luz: lo que viene de tiempos pasados, perfora la contemporaneidad, permite una distancia respecto del propio tiempo que también es un quiebre. No necesariamente hacia delante en términos de progreso, de un sentido positivista, sino nada más y nada menos como problematización de ese mismo supuesto progreso.

Smulevich, Fuks, Kremer, Setton y Moizeszowicz comienzan su particular “exposición” planteando que habían revisado su tp a partir de la presentación previa de sus compañeros, en relación con un tema en el que coincidían y que l@s hace discutir con la presentación de Aznar y cía.: para ellos la obra de Sófocles Edipo Rey no tiene un tema contrario a la ley Natural sino en consonancia con ella contra la cultura. Lo que piensan –muy interesante sobre todo por su función polémica con los compañeros- es que en realidad es Naturaleza liga a la madre y al hijo –recuerdan cuánto de los sucesos representados en las lecturas realizadas y otras agregadas por ell@s a partir de la investigación voluntaria sobre Electra, han encontrado en sus propias vidas, cuán natural es ese amor madre-hij@/ padre-hija. En consecuencia, observan la relación entre cultura y política para separar al hombre de ese estadio natural cuasi primitivo. Volvemos sobre términos empleados y discutidos después del visionado del video de Mainardi y Malosetti: si la moral que se oponía a lo político era “humana” o “individual”, ¿acaso lo político no es exclusivamente humano?

Proponen y provocan reproducir el estadio de discusión que vivieron elaborando el trabajo entre sus compañer@s y con una didáctica que apabulla lo logran. Como se conciben y son vistos como pares, consiguen el compromiso renovado de tod@s l@s demás ante cada pie que tiran: los conflictos humanos atemporales (yo me pregunto si existen, pero el género y el concepto de “clásico” que estudiamos parece dar por tierra con mi propio cuestionamiento) y la posibilidad de encontrarse a 2500 años de distancia con la sensibilidad de otros hombres, el arte que esto significa, el conocimiento de sí mismo y de los otros que hallan en el autor; hechos políticos actuales que resuenan ante la lectura (larga discusión sobre si Edipo puede o no y de qué modo ser leído como un subversivo, vemos la diferencia entre un desaparecido, un subversivo, un hijo de desaparecido; se discute sobre Antígona y si su decisión es individualista o políticamente revolucionaria); discutimos también sobre la mirada centrada en las imperfecciones humanas propia de la tragedia y la visión de la psicología que patologiza todo comportamiento humano (por lo menos, somos neuróticos).


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