miércoles, 22 de agosto de 2007

Otoño

Sobre aquel caballo flaco y fiel, iba montado un jinete de triste figura. Sus sentidos están preparados para emprender un nuevo viaje a los lugares a los que siempre deseo ir, conocer y vivir y no solo imaginar. Huele a aventuras, un perfume que le gusta. Ve castillos y posadas, doncellas y campesinas. Prueba el sabor de la victoria y el de la derrota, que con honor acepta.

Palabras combinadas, que juntas, solo con mirarlas, pueden hacer ver y sentir algo que no es materia. Un destino agradable para cualquier viajero que busca aventuras. Una mujer perfecta para un solitario que quiere algo de compañía. ¿Cómo conseguir un pasaje? Yendo a la agencia de turismo, también conocida como “biblioteca”, y eligiendo el pasaje que más atrape a cada viajero.

Y cuando por fin está en nuestras manos, nuestros ojos son el cable que conduce las palabras a nuestro cerebro y esas palabras se transforman en imágenes, y lo que alguna vez fue tinta en un papel, ahora nos comparte su mundo y nos lo muestra. Nosotros lo aceptamos y seguimos caminando por esas hojas, y esas hojas hacen ruido. A veces, el ruido de las hojas que suena dentro de nuestra cabeza, sale por nuestra boca. Si el sonido que compartimos no tiene un idioma común, no se entiende, pero las ondas siguen vibrando en nuestra mente. El incomprendido las comprende. Las cree. Las ve. Y se enamora.

Pasión. Amor. Locura.

Y aquel caballo da su primer paso. El jinete lee la primera palabra. Y no pueden parar de galopar y de leer. Solo pararán cuando la última hoja haga el último ruido en el árbol llamado Dulcinea.

**********

por África Silvelo

El método de Dalí se fundamenta en las teorías de Freud. La paranoia es la enfermedad en que el enfermo revela de forma espontánea aquella imagen que para él conforma la realidad, es una imagen deformada por sus obsesiones y problemas, que adquiere una nueva apariencia como fruto de la fusión entre el deseo y la realidad. El deseo de cómo quiere el paranoico que sean las cosas y la realidad tal cual es, en las deformaciones paranoicas hay imágenes y formas procedentes de la realidad, no hay una ensoñación pura. Es decir, el enfermo interpreta la realidad de un modo determinado que se repite una y otra vez. Un aspecto asociado a la paranoia es la concatenación de fenómenos y la causa última de ésta sería la disfunción entre los deseos y la realidad. El método paranoico-crítico consistiría en la extracción consciente de los elementos que conforman el mundo interior del paranoico. Dalí lo va a materializar a través de la imagen doble, es decir, va a crear una imagen que sin transformar su apariencia externa conforme una segunda imagen, de forma que el espectador al contemplarlas pueda discernir ambas imágenes. Según Lucía García de Carpi, Dalí proponía plasmar "las imágenes de la irracionalidad concreta". Según el propio Dalí sería "una representación tal de un objeto que sea al mismo tiempo, sin el menor cambio físico, ni anatómico, la representación de otro completamente distinto".

El enigma sin fin es un ejemplo muy complejo de esta técnica. Por un lado tenemos un paisaje, una playa con unas montañas al fondo y una barca varada en la orilla. Las montañas del fondo se transforman, en un segundo nivel de visualización en la figura de un filósofo pensando con la mano apoyada en la cara. Esta figura enlaza un tercer nivel de visualización conformando la figura de un galgo, tomando como pierna delantera la quilla de la barca. A esa concatenación de imágenes es a lo que Dalí denomina imágenes encadenadas. La barca de la playa es la barriga de una mandolina y la mujer sentada es la peana de un frutero con peras y a la vez es un rostro (nariz, boca y barbilla) cuyos ojos están formados por dos pequeñas barcas.


No hay comentarios.: