viernes, 21 de noviembre de 2008

Esta brevísima alba

La obra “El Extranjero” de Albert Camus, nos cuenta sobre un hombre que vive la vida, se podría decir, sin sentirla, sin disfrutarla, o disfrutándola a su manera. Se puede ver que no está seguro de sí mismo, de las cosas que dice o que hace, es un hombre muy indeciso. Este personaje al finalizar la primera parte de la obra, mata a una persona, y es encarcelado por este hecho. En la cárcel, después de un tiempo, él siente por primera vez su vida y la reflexiona, mucho más de lo que pudo haberla pensado afuera de ese encierro; esto se demuestra cuando, en sus últimos días de vida, reflexiona con el capellán; este es un párrafo que me gustó mucho y me dijo mucho sobre el valor que quiere transmitir esta obra: “pero estaba seguro de mí, seguro de todo, más seguro que él, seguro de mi vida y de esta muerte que iba a llegar. Sí, no tenía más que esto. Pero, por lo menos, poseía la verdad, tanto como ella me poseía a mí. Yo había tenido razón y hubiera podido vivir de tal otra. Había hecho esto y no habría hecho aquello. No había hecho tal cosa en tanto que había hecho esta otra. ¿Y después? Era como si durante toda la vida hubiese esperado este minuto…y esta brevísima alba en la que quedaría justificado.”



Esto nos muestra un cambio de este personaje, que se dio cuenta de que su vida ya no iba a cambiar y que solo sus palabras lo iban a acompañar, mucho después de muerto, que no iba a dejar de hablar, pero que se arrepentía de sus hechos, y no solo de haber matado, sino de haber pasado esa vida, de no haberla podido aprovechar.

Ser un extranjero de su vida para ir a una segunda y mejor vida.

La vida es mucho más de lo que uno puede ver o percibir, es necesario darse cuenta de que la vida es una sola, de que la vida hay que disfrutarla, y poder reflexionar sobre las cosas que hace, para así corregirlas, y tener una mejor vida. No hace falta darse cuenta de las cosas malas que hizo uno, cuando ya no lo puede cambiar, como Meursault (el protagonista de esta obra) que se dio cuenta de las cosas que hizo, las reflexionó, las analizó, pero todo esto en la cárcel y días antes de que le cortaran la cabeza.

Esta obra es muy interesante ya que el autor, Albert Camus, cuenta la obra en primera persona, la cuenta como si hubiera sido él, el personaje Meursault. Nos cuenta su vida, su pasado, hasta llegar al presente, y siguiendo relatando la historia de él, finalizando hasta el último capítulo de la novela.

Camus, haciendo esto, por lo menos a mí, me genera la sensación de que yo mismo estoy en la historia, que estoy en la novela, que soy parte de esa vida y que la estoy viviendo en los ojos de este personaje principal. A que yo pueda percibir y sentirme así, ayudan mucho los verbos que el autor usa, el presente, pretérito perfecto compuesto y el futuro, para que la enunciación que usa sea el discurso, utilizando en toda la obra la primera persona.


La conclusión a la que uno puede llegar es que con esta obra uno se da cuenta de que este personaje, Meursault, puede y podemos ser cualquiera de nosotros, capaz cometiendo otros hechos, pero unos actos que nos juzguen para toda la vida, y no poder remediarlos, dándonos cuenta del dolor que uno causó, para recién ahí reconocer lo valiosa que es la vida. Y poder No ser un Extranjero de la vida, en nuestra propia vida, y poder decidir lo que uno quiere para uno mismo y para las demás personas que quiere o tal vez no, pero que valen la pena. En la parte del análisis me enseñó elementos de la voz y la focalización que no sabía, como la localización deíctica, que es algo que tiene mucho esta obra que analicé, como el lazo que genera el autor entre los acontecimientos del pasado con los del presente.


Los dejo con un pequeñísimo poema


Esto nos muestra un cambio,

El cambio de este personaje,

Este hombre,

Este hombre que se dio cuenta de que su vida ya no iba a cambiar

Y que solo sus palabras lo iban a acompañar.


Pablo Amaru Molina

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