sábado, 29 de noviembre de 2008

EL CACHORRO


Los Cachorros, de Mario Vargas Llosa, habla sobre el transcurso de la vida de un joven lamado Cuellar, hasta su muerte. Este chico, común y corriente como sus amigos, sufre un accidente que al parecer le cambió su forma de ser y de pensar. Cambio su personalidad totalmente. Lo que ocurrió es que fue atacado por un perro que lo mordió digamos en sus “partes privadas”. Esto se ve como una castración, como cuando castran a un perro u otro animal. Yo creo que es por eso que la obra lleva el nombre de Los Cachorros. Cuellar y sus amigos son un grupo de cachorros y uno de ellos es castrado y por esto se va separando del grupo y no desarrolla como sus hermanos.

Luego de este accidente, todo en la vida de Cuellar comienza a cambiar, hasta ya no lo llaman más Cuellar, en adelante, su apodo pasa a ser Pichulita (palabra muy utilizada en Perú). A medida que van creciendo, todos avanzan "para bien", menos Pichulita, que crece físicamente pero dentro de su mente todo va para atrás. Cada vez reprime más sus sentimientos y pensamientos, ya no parece ser el chico feliz que solía ser. Una vez que entran en la secundaria Choto, Chingolo, Mañuco y Lalo se van enamorando por primera vez, inclusive teniendo contacto con el sexo opuesto. Pero Pichulita siempre iba quedando atrás, se alejaba de las chicas lo más que podía y si algún o de sus amigos le preguntaba por qué, él ignoraba la pregunta o tartamudeaba sin saber qué responder. Luego entran en la universidad y a esta altura ya todos habían tenido más de una novia menos Pichulita que seguía en su misma situación pero peor. No solo se alejaba de las chicas sino que ahora era "rebelde", tomaba y manejaba su auto como un desaforado teniendo un accidente tras otro. Llegando el final de la obra, cuando ya los cinco están envejeciendo y casados, Cuellar muere en un accidente de auto, como ya todo el mundo se lo veía venir. Muere en su soledad y su angustia, ya prácticamente solo y sin jamás haber tocado a una chica. Yo digo que esto fue porque lo castraron de pequeño, como cuando un perro es castrado, que deja de relacionarse sexualmente con su otro sexo. Esto fue lo que más aprecie de la obra, la metáfora de Cuellar siendo “castrado” como un perro.

Analizando la obra, elabore mi hipótesis de que cuando se narra la historia, solo sabemos bien sobre una muy pequeña parte de la vida de Pichulita, pero al mismo tiempo sentimos que sabemos exactamente todo desde que era chiquitito durante la primaria hasta que muere. Esto se explica por las elipsis, que consisten en suprimir ya sean días meses o años, de lo que no es fundamental que sepamos. Por ejemplo, si un hombre sale a trabajar y lo despiden y no vimos el trayecto desde su casa al trabajo (elipsis) sabemos lo que tenemos que saber, que es que lo despidieron. Bueno durante la vida de Cuellar hay muchísimos años que no nos son narrados, es decir, se nos va contando los sucesos más importantes, lo que necesitamos saber para tener un entendimiento completo de la obra. Si lo pensamos de esta forma, hay más de de ¾ de la vida de Cuellar que no conocemos, porque no son tan relevantes como los que sí están relatados. A través de la elipsis se van contando una serie de hechos que, aunque no hayan ocurrido uno detrás del otro sin nada entre medio, así parece estar contado.

En este estilo de obras en donde se relata la vida entera de una persona, la elipsis suele ser uno de los rasgos más sobresalientes, una vez que se las analiza. La elipsis se transforma en un compañero de la obra, va creciendo al lado de la narración, a medida que avanza la historia también lo hace la elipsis. Sin ello, la obra sería interminable e imposible de leer.

Ahora, (metiéndome más en el conflicto de Cuellar) hay dos tipos de conflictos por los cuales puede sufrir un protagonista, internos y externos. El conflicto interno es el que trata de una tensión interior entre caminos u opciones diversas y opuestas en su propia conciencia o espíritu y el conflicto externo es aquel que trata sobre enfrentar a otros personajes, que representan ideas, objetivos o deseos opuestos al protagonista. Aquí nos encontramos con un dilema, ya que el conflicto de Cuellar es claramente interno durante todo el transcurso de la historia, pero puede ser externo cuando hablamos del principio en la parte en la que es atacado por un perro. Este perro puede o no ser catalogado como un personaje. Tendrá que serlo aunque no sea una persona ya que es el causante de todo, el culpable de todo el sufrimiento de Pichulita a lo largo de su vida. En cuanto a la parte interna del conflicto, me refiero a todo lo que la obra no nos cuenta, es decir qué tipo de trastornos mentales tiene, por qué hace lo que hace. Nunca sabemos lo que piensa pero sabemos que su sufrimiento avanza por su mente y no por acciones (solo al principio). Tal vez tenía una forma de pensar muy diferente a la de los demás, tal vez solo tenía vergüenza, al principio, pero luego de sufrir tanto por no estar con ninguna chica se convierte en un rebelde, en un alcohólico. Cada día se hace más solitario y se desinteresa más por mantener las amistades. Sus amigos tratan de ayudarlo pero no consiguen nada. Y era probable que el hecho de que sus amigos lo quieran ayudar a estar con una chica lo volvía cada vez más y más loco. Las posibilidades de razones por las cuales enloqueció son infinitas. Yo solo propuse un par pero se sabe que hay más. Lo que sí se sabe, es que su locura lo llevo primero a su desgracia y luego a su muerte.

Llegando a una conclusión, Los Cachorros de Mario Vargas Llosa es una obra corta pero increíble. Me encantó cómo a lo largo de mi lectura el autor cambió totalmente mi visión sobre Cuellar. De una persona común y corriente a un enfermo mental referido como un perro. Cómo fue castrado en su infancia, mientras era un cachorro. La transformación del personaje al transcurrir su vida. Una de las cosas que más me atrapó, es decir, que me daba ganas de seguir leyendo la la obra era el hecho de que el narrador no era omnisciente, no sabíamos todo, solo sabíamos las acciones, no teníamos idea de lo que pensaba nadie, y si querías saberlo tenias que “escuchar” (lo pongo entre comillas porque no tenés que escuchar, sino que leer lo que decían y cómo sonaba). Entonces tenía que seguir leyendo para entender todo lo que sucedía, por qué Pichulita actuaba de esa forma. Y yo leía pensando que al final de la obra iba a haber una explicación razonable para todo esto, pero no la hubo. Esto me dejó muy sorprendido. Lo que quiero decir es que la obra de Vargas Llosa es muy atrapante y muy poco predecible. Me sorprendía en cada página y jamás sabía lo que venía.


ALAN LINENBERG

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