martes, 5 de agosto de 2008

El PERRO ANDALUZ

Ayer viendo Los Simpsons encontré una escena en la que Lisa y demás veían en un cine el trabajo de Buñuel y Dalí. Busqué el episodio en youtube y no estaba... pero encontré imágenes de este:

1 comentario:

Verónica Pena dijo...

Qué buena selección de imágenes, Sebastián. Estaremos atentos a la repetición del capítulo, gracias a tu recomendación. De lujo.

Comparto -me entusiasmaste y me puse a tipear a lo pavote- algo para fanátic@s del cine:
Cuando Buñuel secciona un ojo con una navaja de afeitar en primer plano, la agresión física que sufre la sensibilidad adormecida del espectador, le impide continuar mirando pasivamente -si es que no decide de inmediato abandonar la sala-. El simple reflejo condicionado de estar preparado para una probable nueva agresión le obliga físicamente a adoptar una actitud activa frente a la pantalla.
Por otra parte, el plano/contraplano que relaciona, de acuerdo con la lógica del montaje narrativo institucional, al hombre del balcón con la nube blanca atravesando la luna llena pone en escena el punto de vista del espectador, inscribiéndolo en la materialidad de la pantalla. De hecho, el plano subjetivo del hombre que mira en el film, coloca a éste en la misma posición del hombre que mira el film desde la oscuridad de la slaa. Ambos, en efecto, contemplan lo mismo y a la vez. Este mismo proceso, pero en dirección inversa, relaciona al espectador con el hombre que, en la pantalla, secciona el ojo, llevándole a asumir en tanto función ya integrada en el discurso su mismo papel. Por otra parte, la relación de contigüidad que el montaje establece entre la luna llena y el ojo de la mujer, hace que, por el mismo procedimiento descrito, identifiquemos la posición de la mujer (y/o la luna) con la del espectador. El espectador se convierte, de este modo, simultáneamente en objeto y sujeto de la acción: alguien que mira cómo un ojo es seccionado, alguien cuyo ojo es seccionado y alguien que, simbólicamente, secciona el ojo. Este acto, en sí mismo agotado en el hecho de presentarse como tal, permite, sin embargo, que se le otorgue un sentido, si asumimos que lo que estamos viendo es un film, ya que el discurso fílmico funciona mediante un dispositivo que es posible relacionar con lo que vemos en la pantalla: cegando -tachando.- el ojo del espectador y sustituyéndolo por el ojo (invisible) del objetivo de la cámara, un film no sólo decide qué podemos ver sino en qué momento y desde dónde. El discurso fílmico jamás reproduce la realdiad, la (re)produce como interpretación de alguien que se inscribe en forma de montaje, con lo que este último pasa a ser el verdadero sujeto de la enunciación fílmica.


Del libro de Jenaro Talens (Madrid: Cátedra, 1986) El ojo tachado. Una lectura de Un chien andalou de Luis Buñuel. Para leer más: cliq.En este libro se incluye la aclaración de los chismes sobre la relación entre Buñuel y Lorca a través de este film. En la pagína oficial de Buñuel está su filmografía y el link a la Residencia de Estudiantes, el centro cultural donde convivieron estos monstruos con Dalí.

Besos vacacionales