lunes, 17 de septiembre de 2007

¿Estaba realmente loco?


Loco, según los diccionarios, se le llama a la persona cuyas funciones cerebrales están alteradas (en este caso por los libros de caballería). Además se le llama loco a una persona cuyas facultades mentales no son normales. “Normal” significa igual que todos los demás. ¿Quiere decir entonces que para que no se nos tome por locos uno debe ser como todo el mundo y actuar como lo hacen todos?

La “locura” de Don Quijote presenta distintas características a lo largo de la novela. En su primera salida, el protagonista sufre un desdoblamiento de personalidad que no volverá a producirse en el resto de la novela. Así, tras la paliza recibida en la aventura de los mercaderes, Don Quijote cree ser como Valdovinos, y más tarde como el moro Abindarraez. Durante su segunda salida, Don Quijote adecua sistemáticamente la realidad a su mundo ilusorio. Así, ve los rebaños como ejércitos, los molinos como gigantes, etcétera.

Ya desde un principio, Don Quijote actúa como un paranoico enloquecido por los libros de caballerías. La mayoría de los personajes de esta historia lo consideran un loco aunque le reconozcan intervalos de lucidez. Lo que se dice es que Don Quijote actúa como loco debido a los libros que lee sobre caballería andante y razona con sano juicio en lo demás. Podríamos interpretar la locura de Don Quijote como un juego de ficción creado por su mente, según sus propias reglas, que él siempre respeta. Pero los demás personajes -excepto a Sancho- no entienden estas reglas de creer-se un caballero y luchar contra los malvados que desean lastimar a otras personas inocentes. Don Quijote entrega su vida a un ideal (este "juego") y se estrella contra la realidad porque los demás personajes no cumplen las reglas del juego.

Asimismo se podría destacar que, para Don Quijote, los momentos que a nosotros como lectores nos parecen descabellados, en los que él parece estar muy loco, como cuando piensa que los molinos son gigantes y hay que atacarlos, son serios, ya que él vive su propia realidad.

A esto me refiero con el planteo inicial: ¿estaba realmente loco? En realidad, no se lo puede tomar como loco; si no todos lo estamos, ya que hay verdades que uno prefiere no aceptar y seguir con su vida para no terminar lastimado. Esto es lo que él hace: vivir su propia realidad ya que -desde mi punto de vista- a Don Quijote no le gusta su realidad.

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