miércoles, 16 de julio de 2008

Realismo era el de antes

Si en medio de muertes, guerras y tragedias uno se ríe a carcajadas, claramente nos encontramlos ante una obra poco realista. Leyendo Ubú Rey se percibe algo distinto.

Comenzamos a leer. Primero, la brevisima biografía de su autor Alfred Jarry: raro, como lo describen algunos historiadores de literatura. Jarry es quien supo combinar la estructura narrativa del drama clásico, con el humor, y la ironía elegante con la grosería como dice Christian Ferrer, en "Patafísica y conocimiento". Esta mezcla de géneros y estados de ánimo es lo que hace a Ubú rey, indefinible.
Si seguimos, nos encontramos rápidamente con los personajes, que todavía, sin descubrirlos no nos dicen demasiado.Madre Ubú, Padre Ubú. Q es Ubú?
Y comienza: "¡Mierdra!" ¿mierda? mierda ¿Está diciendo mierda realmente? ¿O somos unos malpensados?
Jarry lo tenía todo planeado... deformar las palabras desestima el grado de maldad del personaje, lo ridiculiza, le quita fluidez a la lectura y a la vez, licua la censura. Se trata de un juego estilístico del lenguaje que pone al espectador en una trampa, siendo él el que pone lo "sucio" del texto y no el autor.Decir mierda en esa epoca estaba absolutamente mal visto.
Muchas veces, a lo largo de la obra nos encontramos con esta palabra:
PADRE UBU - ¡Mierdra!
MADRE UBU (aparte) - ¡Oh! ¡Mierdra! (Alto.) ¿Así pues, vas a continuar de pordiosero, igual que una rata, Padre Ubu?
MADRE UBU (sola) - Jodre, mierdra, se ha resistido a la descarga, pero Jodre, mierdra, sin embargo creo haberle resquebrajado. Gracias a Dios y a mí misma, quizás en ocho días sea reina de Polonia.
MADRE UBU (encogiéndose de hombros.) - Mierdra.
PADRE UBU - Mierdra, mierdra, mierdra. ¡Largo! Qué bien lo hago.

CAPITAN BORDURE - Considerablemente, señor, salvo por la mierdra.

PADRE UBU - ¡Eh! La mierdra no era mala.

MADRE UBU - ¡Bola de mierdra!

PADRE UBU (entre bastidores.) - ¡Ah! iMierdra!

Nunca nadie diría tantas veces la misma palabra, es poco real. No es exactamente un error del autor, sino que usa este recurso de repetición para hacer más delirante la obra, y acentuar las características de los personajes: quejones, autoritarios, ridículos, asquerosos.

Seguimos nuestra lectura, y a veces nos sentimos culpables por reírnos de la desgracia de los Ubúes, pero hay momentos en los que no se sabe si los personajes hablan en serio o irónicamente. Madre UBú " ¡Ah! ¡La ternera, la ternera, la ternera! ¡Se ha comido la ternera! ¡Socorro!" ¿Qué clase de persona cuerda y sobria gritaria de esa manera , solamente por un pedazo de ternera? Entonces, aquí se presenta otro recurso. La exageración de diálogo y de acción, que hace nuevamente al lector reírse de la desgracia de los personajes.

PADRE UBU - ¡Por mis velas verdes, te voy a arrancar los ojos!

TODOS - ¡Oh! ¡Ay! ¡Socorro! ¡Defendámonos! ¡Maldita sea! ¡Muerto estoy!

PADRE UBU - ¡Oh! Mierdra, voto a bríos, Por mis velas verdes, estoy descubierto, me van a decapitar. ¡Ay de mí! ¡Ay de mí!

PILE - ¡Hurra! Se está desangrando.

MADRE UBU - ¡Oh! El muy traidor, cobarde, malo, y roñoso tipejo.

PADRE UBU - ¡Ah! Me cago en los pantalones. ¡Adelante cuernomirechulez! ¡Matagg, sangrad, desollad, aniquilad!

MADRE UBU (golpeándole también.) - ¡Toma! ¡Capón, puercón, felón, histrión, bribón, porcachón, almohadón!

BOUGRELAS (golpeándole) - ¡Toma! ¡Cobarde, pordiosero, bribón, impío, musulmán!

PILE - ¡Ah! ¡Me muerde! Oh señor, salvadnos, muerto soy.

PADRE UBU - ¡Un oso! ¡Ah! iBestia atroz! ¡Oh, pobre hombre! Heme cogido. Que Dios me proteja. Y viene hacia mí. No, es a Cotice al que agarra.

Al parecer, padre Ubú es el fuerte que consigue sus deseos y sus ambiciones, el más malo y el dominador.Pero s allá de esa primera imagen es su mujer la que lo controla, alimenta su maldad y lo humilla. Lo cree poco hombre si no mata, y poco valiente si no va a la guerra. Atrás de esta pareja cruel, se ve un matrimonio convencional y bastante triste, cual hombre borracho esperando la cena (Homero y Marge).
PADRE UBU - ¡Ah! Madre Ubu, no entiendo nada de lo que dices.
MADRE UBU - ¡Eres tan burro!
PADRE UBU - ¡Realmente! ¿Y qué más? ¿Es que no tengo un culo como los demás?
PADRE UBU - Sí, Por mis velas verdes. Me me muero de hambre. Madre Ubu, estás bien fea hoy. ¿Será porque recibimos gente?
Y cuando nos vamos acercando al final, y sabemos que ya quedan pocas paginas por recorrer, los Ubúes empiezan a entrar en razón, los personajes evolucionan, se van a España y dejan sus conflictos, ambiciones, su lugar y sus enemigos. Quizás, esto es una oportunidad para también renovar su vínculo como pareja.
PADRE UBU - ¡Ah! ¡Señores! Por bello que sea no vale lo que Polonia. ¡Si no hubiera Polonia no habría polacos!
Dana Lerner y Milena Tarica

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