viernes, 20 de julio de 2007

Lo cómico & lo trágico


La novela de Miguel de Cervantes levantó gran polémica en un grupo, acerca de si Don Quijote de la Mancha es o no un libro gracioso. Llegamos al acuerdo de que el libro sí tiene partes cómicas, pero que todas estas provienen de la locura del personaje principal.

Quien no está conforme con su vida, tiende a cambiarla, y eso es lo que Don Quijote hace en esta historia. Al parecer es una persona mayor, supongo que rondara los 40 en adelante y nuncá logró nada de su vida que lo satisfaga. Está enamorado de una persona que no le corresponde su amor, no tiene familia ni amigos; y por eso se sumerge en la lectura de sus adorados libros de caballeros. En esas aventuras encontramos que todo termina siendo perfecto: el héroe luego de una gran batalla sale victorioso y se casa con su adorada princesa y viven juntos felices para siempre gobernando un reino donde no suele haber muchos problemas.

A su edad y en el estado en el que está, Don Quijote decide convertirse en caballero andante para vencer el mayor de los retos: que Dulcinea se entere de sus hazañas y caiga perdidamente enamorada de él. Por esto, después de lo que él supone que son buenos actos, le pide a los liberados que vayan y le cuenten a su amada quien los salvó o los venció.

A lo largo de la historia encontramos varias partes cómicas, en las cuales, la locura de Quijote causa alguna situación graciosa, pero, ¿son estas escenas verdaderamente dignas de risa?

En lo que a mi respecta me parece que no, que todo es producto de una distorsión de la realidad de su parte. Cada uno es libre de vivir su propia locura, siempre y cuando no perjudique a los demás. Pero en caso de Don Quijote resulta que sí afecta a los demás: en su convicción de que los caballeros andantes llevan dineros, se va sin pagar de una posada en el medio del camino; lo que él ve como pobres personas maltratadas por injustos son en realidad bandidos que ya hicieron daño a varias personas, y por esto los llevan maniatados.

Encuentro la tragedia en cada rincón de esta historia tanto como encuentro la comedia.

Esta obra nos muestra la decadencia de una persona respetada en su sociedad, un estudioso, que en su soledad decide salir a combatir a seres que no existen, cosas que no están.

Cada acto errado del cual Don Quijote tiene la culpa se remedia con un poco de risa para el lector y con ello se nos libera de la presión de darnos cuenta de que este personaje más que hacer bien hace el mal, de que en su inteligencia existe una negligencia. Nadie en su sano juicio puede confundir unos molinos con un grupo de gigantes, pero tampoco nadie en su sano juicio puede decir algunas de las frases que Don Quijote nos dice en esta historia, frases que nos hacen reflexionar acerca de qué es la locura y si él está verdaderamente loco.

Pero la locura es lo que nosotros señalamos como tal. En un grupo de varias personas la mayoría concuerda, y al que no, se le dice que esta loco. Si nadie concordase con nadie, no se podría vivir, porque siempre nos guiamos por las masas: si la mayoría piensa que las mesas se llaman mesas y uno dice que son sillas, todos le van a decir que no, que se llama mesa, cuando podría ser lo más bien una silla, y hasta que nadie diga que la mesa es en verdad una silla como él y lo apoye, la mesa se seguirá llamando mesa, y no de otro modo.

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