miércoles, 28 de noviembre de 2007

Él, contra todos.

Fue importante para mí ver, en el TMGSM, la puesta de Sergio Renán de Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen, porque me dejó reflexionando sobre ciertos temas. Es imposible no movilizarse junto al Doctor Stockmann cuando hace su denuncia sobre la corrupción del poder y la manipulación del periódico.

Una frase que me llegó y que pienso repetirme es: “La mayoría tiene la fuerza, pero no tiene la razón”. No siempre las mayorías deciden correctamente, no por ser mayoría tienen la razón.
Es fácil comprobarlo cuando hay elecciones, muchas veces se ha elegido un presidente por mayoría y luego se ha comprobado que no se había elegido la mejor opción.

También son un buen ejemplo las encuestas anteriores a una elección. Creo que son engañosas porque manifiestan la opinión pública y mucha gente, la que no tiene una convicción política o un voto decidido, se deja llevar por lo que la mayoría va a votar. El enemigo más peligroso de la razón y de la libertad es la opinión de la mayoría.

Muchas veces, en los grupos, los individuos no se animan a defender su postura o su idea por vergüenza de ser visto como uno distinto y se dejan llevar por la mayoría, abandonan sus propias ideas. En mi caso personal, a veces he tenido que enfrentar a mi familia, dejando aparte los afectos, sobre cuestiones en las que yo no pensaba igual que ellos y, aunque sé que pensaban que yo siempre iba en contra de los suyos, me mantuve siempre fiel a mis ideales.

A veces, la verdad trae problemas, pero siempre es mejor decir la verdad y no dejar las cosas ocultas y tapadas porque alguna vez pueden salir a la luz y quizás sea tarde para remediarlas.

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