viernes, 29 de agosto de 2008

Solo los tarados no cambian de opinión


Para diferenciar la tragedia clásica de la tragedia de Lorca decidí hablar sobre distintos conceptos y marcar la diferencia en estos entre de los dos tipos de tragedia. En primer lugar me voy a referir a lo que es el héroe trágico. Dentro de La casa de Bernarda Alba podemos encontrar dos tipos de héroes trágicos: uno lo encontramos en Bernarda y el otro en Adela. La diferencia entre estos distintos tipo de héroe trágico es que Bernarda sería el héroe trágico de Lorca mientras que Adela sería el héroe trágico de lo que llamamos tragedia clásica. Esto lo podemos ver comparándolas con Edipo o Antigona y viendo, ya que estos tres héroes trágicos tienen cosas en común como que terminan mal: Edipo se saca los ojos y Antígona y Adela terminan muertas. En cambio, en Bernarda encontramos un héroe trágico pero no como se lo conoce en la tragedia clásica sino de lo que denominamos como tragedia lorquiana, porque Bernarda comete muchos errores durante la obra pero no termina de una mala manera.

Si hablamos de Bernarda podemos ver que ella no se da cuenta que está cometiendo varios errores como cuando en cuatro lugares distintos de la obra ordena "silencio", cuando hace encerrar a María Josefa o cuando calla a las hijas. En Adela podemos ver que su gran error es querer ser feliz a cualquier costo, estando con Pepe el Romano (supuestamente sin que nadie lo sepa) pase lo que pase.

Para pensar sobre la hybris además de hablar sobre Bernarda y Adela me gustaría hacer una comparación con un hecho ocurrido en la actualidad y que nos tuvo tan preocupados a todos los argentinos, que fue el conflicto entre el gobierno y el campo.

Finalmente y ahora si hablando sobre la actualidad vimos cómo nuestra presidenta no podía darse cuenta del error que había cometido sacando el decreto sobre las retenciones móviles y esto tuvo al país temiendo por lo que podía llegar a ocurrir. Si comparamos esto con los hechos en la obra que realizan Bernarda y Adela podemos ver que posiblemente por su soberbia, por su orgullo o simplemente por seguir sus pensamientos, sin entender que se puede cambiar luego de tomar un decisión (Carlos Bianchi director técnico de fútbol dice que solo los tarados no cambian de opinión) ninguna de las tres (o sea, Bernarda, Adela ni Cristina) se puede dar cuenta de su error. Acá es donde vemos la hybris, viendo como tres personas por la soberbia de su carácter no pueden darse cuenta de su error.

Para finalizar creo importante para terminar de entender la diferencias y/o similitudes, dentro de las diferencias me parece importante hablar del coro y en este caso vemos que en Edipo rey y en Antígona teníamos lo que sería un coro bien definido, en cambio, en La casa de Bernarda Alba no. En primer lugar no encontramos un coro propiamente dicho pero sí tenemos elementos en que podemos fundamentar que hay coro. Esto es por la forma de hablar de algunos personajes como la Poncia, que habla luego de distintos hechos produciendo una conclusión o adviertencias sobre estos. Si observamos bien la obra podemos pensar que la función del coro la realizan entre todos los personajes ya que en algún momento todos opinan o sacan distintas conclusiones sobre algún hecho puntual.


Para hablar de los personajes que dicen la verdad nombraría a tres personajes: la Poncia, María Josefa y Tiresias. En primer lugar nombre a la Poncia ya que lo que hace ella es decirle a Bernarda algo que está ocurriendo como cuando le dice a Bernarda: “siempre has sido lista. Has visto lo malo de la gente a mil leguas; muchas veces creí que adivinabas los pensamientos. Pero los hijos son los hijos. Ahora estas ciega”. En este momento indica que algo está ocurriendo y que esto podía traer incoveniententes pero no le dice qué es lo que está ocurriendo. Esto lo podemos relacionar con la forma en que Tiresias hablaba que al igual que la Poncia en este caso decía la verdad, indicaba que algo estaba ocurriendo o que iba a ocurrir pero no qué. Y después estaba en las personas a quienes se lo decían el creerles o no, como pudimos ver varias veces que a quien ellos le decían las cosas no les creían.

Finalmente voy a hablar de María Josefa y ahora sí explicar desde las miradas de este personajes el surrealismo. En el momento en que María Josefa tiene la oveja y dice que la oveja es su hijo y que iban a ir a Belén o en los momentos en los que canta y vemos lo lírico surrealista : “niño mío, vámonos a la orilla del Mar, la hormiguita está en su puerta, yo te daré la teta y el pan” o cuando dice “Bernarda cara de leoparda, Magdalena cara de hiena..”. En estos distintos cánticos o poemas que utiliza María Josefa podemos encontrar lo lírico surrealista dentro de la obra. Esto se ve pensando que estas cosas dejan de ser reales en algún sentido pero, al mismo tiempo, están siendo reales ya que nos están mostrando parte de la historia y esto yo lo pensé desde que en un momento ella dice “Bernarda cara de leoparda, Magdalena cara de hiena” y en el curso se dijo que nombraba a Magdalena porque sí, en cambio, yo pienso que la nombran ya que es la que más se asemeja a Bernarda en algunas actitudes.


Iván Ullmann

jueves, 28 de agosto de 2008

No la verdad no

de un examen...

No como el héroe trágico de hierro; no como el héroe pulcro de mente; no como el Nereo carente de maldad; no como el héroe inconciente que espera lo correcto de sus actos; no como el héroe que ignora, que se rinde por su cerebro inmacuado; no como el héroe que desconoce los riesgos y consecuencias que asume; no como el héroe poderoso, brillante, alto.

Sí, heroico este nuevo héroe tan suicida como surrealista. Tan porfiado como conciente. Tan persona.

Sí, como el héroe que tiene pechos de mujer y que se arroja al quiebre sabiéndose; sí, como el héroe que baila la danza del Martirio bajo la luz de la luna. Bajo una luna que no abarca ningún brillante, poder, reconocimiento, grandeza o cuerpo y mente pura.

Sí, como el héroe que evoluciona

Sino para sí

Sí, no para

Sino para sí

Si no para, si...

Leoparda no espera perder, y como sus habitantes, no tiene soluciones posibles que satisfagan completamente. Leoparda niega adrede, flotando sobre la libertad trágica que todavía envuelve. No espera consecuencias.

Moralmente execrables o no, angustia el dolor de los personajes, su estrangulación humana. No deja de arder.

Los personajes tienen nombres, sus deseos también llevan título. Sus estados de ánimo los ciegan y les corrompen la posibilidad de elegir correctamente (haciendo referencia al concepto de Hybris). No dejan de elegir, pero sus elecciones se limitan sucias opciones en alguna de sus aristas.

Palabra sobre palabra, en espacio intermedio que contiene lo que no se dice pero es la medida de cada palabra imaginada.

En un contexto preciosamente surrealista, Lorca da paso a la libre asociación, para que de esas palabras se tome cada una como elemento de otra. No nos encontramos frente a una metáfora, sino frente a una metonimia (un sintagma sumado a una metáfora).

Adela dice: “Las cosas significan siempre lo mismo”. Bien, y abarcan, y conectan, y arman, y desarman. Y vuelven.

No existe la comparación, sino la lectura de signos como otros distintos (así como sucede con el mar y la luna).

Martina Mainardi

Pax surrealista

El examen proponía:

"En cierto momento, Lorca republica un manifiesto de los surrealistas españoles que había escrito con Dalí y este último lo “acusa de putrefacción intolerable y, en la misma vía, escribió en LAmic de la Arts sobre la necesidad de combatir todo aquello que sea regional, típico, local. Por entonces declara el asco absoluto que siente contra Platero y yo y subraya su desprecio hacia el marasmo putrefacto en que se mueve toda esa promoción de Prados, Altolaguirre..., incluyendo implícitamente a Federico García Lorca en esa promoción. En una carta que dirige a Lorca muestra claramente su intención de romper con todo y rechaza con crueldad el nuevo estilo de su amigo, dando a entender que sólo abraza el acto provocativo : Tu poesía está ligada de pies y brazos al arte de la poesía más vieja. Tú quizá creas atrevidas ciertas imágenes y encuentres una dosis crecida de irracionalidad en tus cosas, pero yo puedo decirte que tu poesía se mueve dentro de las ilustres acciones de los lugares más estereotipados y conformistas.

¿Defenderías a Lorca de la acusación de Dalí, a partir de lo surrealista leído en La casa…?"


Dijo Sebastián:

No defiendo a Lorca de las acusaciones de Dalí.

Defiendo a Dalí y me gusta mucho su trabajo y su ideología mucho más que Lorca.

Si bien La casa de Bernarda Alba se puede tildar de surrealista, creo que Dalí acusa a esta obra de poco inverosímil, poco transgresora, de poca tendencia.

La obra de Lorca me resulta a mí con visión de argentino, más realista que surrealista. Me parece que en el contexto en que vivimos los argentinos nos tildamos de “atrevidos” y a los europeos los nombramos como “fríos”, “rígidos”, “tradicionales” etc... A lo que voy es que Lorca como español, ciudadano europeo, se lo puede ver como una persona de tradición, y esto se lo podría agregar a la obra; podríamos decir que Bernarda en vez de estar loca o chiflada (como la vería el surrealismo), es una madre de cinco mujeres, de carácter estricto o rígido, típico de un español; de esta manera, no se encuentra la idea surrealista. También el ejemplo de María Josefa (madre de Bernarda) que es el personaje que parece está loco pero al mismo tiempo es tan sabio como Tiresias, el personaje que está en contra de su fuerte carácter, el personaje que está en contra de su política, del gobierno de esta “cárcel de mujeres”; así también Adela se puede sumar a esta lucha contra Bernarda pero teniendo cierto uso de la razón.

Los trabajos de Dalí son mucho más controvertidos que los de Lorca, él solo realiza sus obras teniendo como principal idea el no encontrarle una explicación lógica, una razón a cada uno de sus actos; esto es lo más interesante que puedo encontrar en él y es la base de todas sus trabajos.
Siguiendo este punto se podría cuestionar: ¿Dalí es español por su cultura y costumbre o solo porque nació allí? Creo que Dalí tiene todas las armas para disparar contra Lorca. Quizás sus trabajos fueron tan reconocidos por su contexto nativo, pero la batalla anti tradicional siempre estuvo. El surrealismo sólo existe para quien lo hace, es una forma de expresar sentimientos “contra lo correcto”... y así lo hace Dalí.

Su falta de razón lo caracteriza al igual que su provocación contra la racionalidad del hombre; su forma “original” (comparándola con la de los conservadores) de ver las cosas fue lo que lo volvió reconocido por la multitud.

Posiblemente halla que estar loco para estar vivir la realidad o esta realidad no exista; pero Salvador Dalí trata de explicar esto con cada pincelada de sus pinturas, cada oración de sus escrituras y cada imagen de sus películas.


Y Joy, en cambio:

Desde mi punto de vista, yo defendería a Federico García Lorca ya que en mi opinión , no hay nada mejor que su tipo de escritura surrealista, incluyendo cosas tales como el provocar importantísimas y diversas situaciones centrales para la obra a través de un personaje que no llama tanto la atención, como lo es María Josefa, o el hecho de la disputa absurda entre hermanas, por un hombre que obviamente no tiene ni idea de qué hacer, por el simple hecho de tener a más de cuatro mujeres que morirían por él, y que, de resaltar por sobretodo, son hermanas, es algo que aparte de ser surrealista, lo vemos alocadísimo. Por eso es que si Dalí opina lo que opina de Lorca es por que tiene una idea muy equivocada sobre la belleza de las obras y su perfecta composición.
El personaje que más bello me resulta, que es, aclaro, en mi opinión uno de los más importantes para el desarrollo, María Josefa.

En sus palabras se mezclan locura y verdad, ya que ella dice casi constantemente "¡Déjame salir!".Pero no solo lo dice así, sino que también incluye algunas otras palabras u oraciones que dejan mensajes mucho más claros pero con efectos más notables y bellos para la obra, como por ejemplo:

  • Bernarda, ¿dónde está mi mantilla? Nada de lo que tengo quiero que sea para vosotras, ni mis anillos, ni mi traje negro de moaré, porque ninguna de vosotras se va a casar. ¡Ninguna! ¡Bernarda, dame mi gargantilla de perlas!
  • Me escapé porque me quiero casar, porque quiero casarme con un varón hermoso de la orilla del mar, ya que aquí los hombres huyen de las mujeres.
  • No, no callo. No quiero ver a estas mujeres solteras, rabiando por la boda, haciéndose polvo el corazón, y yo me quiero ir a mi pueblo. ¡Bernarda, yo quiero un varón para casarme y tener alegría!
  • ¡Quiero irme de aquí! ¡Bernarda! ¡A casarme a la orilla del mar, a la orilla del mar!

Con esto ella agranda líricamente los problemas centrales; algunos, como la frustración de las mujeres, la necesidad de matrimonio y de que llegue el momento en que sean madres, la constante búsqueda por necesidad de libertad, de muchos espacios abiertos, etc.…, que básicamente son la base de la obra en cuestión, que es desesperante.


Y Martina, también:

(Con respecto a la acusación que Dalí hace a Lorca por considerar su surrealismo “poesía ligada de pies a brazos al arte de la poesía más vieja”)

¡Objeción!

Los que se pudren, señor Salvador Dalí, son sus relojes a través del tiempo.

Lorca escribe personajes carentes de conformismo. Representa deseos en personajes de todos.

Bernarda Alba vive en una cápsula idealizada del concepto humano y desea imponer su modelo de pureza no solo a sus paredes sino a las habitantes de la casa. Federico García Lorca tiene una cínica compasión al poetizar la decadencia y el individualismo humano. Con la exageración refleja a través de la arena el propio desgaste ridículo de las personas.

Blancas e inmaculadas paredes, colores efímeros que nunca regresan. Luto, asco, miedo.

Manipula lo zúrrela repartiendo el coro de la tragedia clásica entre sus personajes, adjudicándole a cada uno la tarea de mostrar conclusiones didácticas de sus acciones.

Cada uno lo dice a su manera, pero, como en el caso de María Josefa y la Poncia (que no difieren demasiado en sus denuncias), hablan en un lenguaje para el lector, un lenguaje, una poesía que los personajes no están preparados para entender. Une con Tiresias a María Josefa el grado de metaforización que maneja, los decorados a través de los cuales los personajes no pueden ver.

La falta de cordura de una señora que quiere casarse en el mar a sus ochenta años y que quiere ir al límite de la vida con una oveja-niño me resulta un asunto verdaderamente devastador.

Señor Salvador Dalí, si usted solo puede encontrar el surrealismo en algunos objetos derretidos, el problema es suyo.

Sus relojes ya son típicos, aunque debo confesar que me encantan.

Cláveme un cuchillo si es de su agrado, pero no lo diga más.


Apagones

Apagón I


Ella, adherida en los cristales

Ella, caminando sobre el último telón

Ella, fragmentando el ardor todo

Todo, peste para ella

Todo, acribillados expectantes

Todos, un respiro cloacal

Todos, menos

Ella

Todos, sabremos igual.


Apagón II


Ella es la que vive

Ella es la que muere y la que puede

Ellos los fantasmas

cuáles los fantasmas

que quedarán, qué quedarán.


Ella que camina

entre tanto muerto

Ella ya en el limbo

pero de vivir tan viva.


Apagón III


Cuál la medida de mi verso

Por dónde mi sucia esperanza

Acariciándome la cara

Qué maravilla la ilusión de sentirme una vez mía.


Días pálidos

Días fuertes

Días llanto


No tengo cuerpo que tocar, no hay nadie para mí.


Todo es espectro

Todo es espectro


No tengo voz para cantar

Y sueno tan grave

Aún siendo tan aguda


Todo es espectro

Todo es espectro


Así sin sosiego

Eterna en el polvo

Así muerta por vivir

No me arrepiento de vivir


Por el día pálido

Por el día solo

Por el día llanto


Yo daría mi muerte.


Apagón IV


Es mi código poético

Mis sábanas de antaño

Mi lienzo de adjetivos

Que para mí son emociones.


Casi vomitivo

Escuchar no otra cosa

Sino aquella cosa

De ora forma,

Desacralizando mi mensaje,

Mis palabras

Que tanto había cuidado y amamantado

Que tanto llanto me regalaron.


Clausuran mi vuelo

Que enferma me siento

Una vez desentendida la codificación de mi obra.

Que heridas insondables

Cada vez que se deshonran mis palabras

(Que tanto quise

Que tanto quiero

Las quiero tanto)

Aún habiéndolas sacralizado.


Sucede que mi obra tendría que ser una comedia,

Una suerte de telenovela, tal vez...


Pero no deshonraré mi tragedia.

No estoy lista para dejar mi tragedia.


Apagón V


Redúzcanse al uno

Sean nada, por el todo mismo.


Despójense de sus nombres

Sean,

No de una manera.


Quemen sus textos

Desnuden sus verbos

Vuelen,

En prosa

Vivan en el conflicto, no en el tiempo.

Tienen el derecho


¡Mueran!


Y para mí sean efímeros.


Apagón VI


Las nubes son más rápidas que mi cuerpo

Porque para mis adentros estoy galopando.


Soy pálida

Porque por dentro soy de colores tantos.


Estoy perdida para ellos

Porque tengo mi obra tan en claro.


Soy lo que soy para mí y por mí.


Cuando me miran veo ciegos.


Estoy apagada porque me estoy quemando.


Martina Mainardi

Morir de lo mismo


En la obra de Federico García Lorca el ¨bueno¨ sufre y al ¨malo¨ no le pasa nada. Esa es una forma de ver las cosas, Bernarda, la madre opresora, no sufre ante la muerte de su hija y nada en ella parece cambiar: desea ocultar la muerte de su hija de la misma forma que tapa sus sentimientos, los de las hijas. Y Adela, el personaje bueno bondadoso gentil e inocente, muere.

Sin embargo uno, refiriéndome a mí mismo y otro que comparte mi opinión, puede no verlo así porque de echo en la historia Adela, el personaje que muere, si bien lógicamente sufre por su muerte es el único personaje que se libera de la opresión de Bernarda es la única que al morir logra vivir, abandona su mundo de opresión y tristeza para pasar, con la muerte, a una libertad infinita. Es decir, con la muerte consigue la vida.

En cambio, Bernarda, el personaje que supuestamente es libre ya que no obedece a nadie y lidera a su familia, es la que más muerta queda. Es decir, queda en lo mismo, la muerte de su hija no produce ningún cambio en su vida, no la hace estremecerse de tristeza ni gritar por la pena, no, solamente la hace querer ocultar la muerte, impura (por no morir virgen), según ellla, de su hija.

En este momento uno puede sospechar que Bernarda va a salir de su ignorancia y reconocer su error y cambiar en su forma de ser, pero no lo hace porque así como esa obra no es una tragedia común, este no es un personaje común que evoluciona, reconoce y se sustituye (en relación con el género) por uno que no reconoce porque no desea hacerlo y que no cambia porque tampoco lo desea.

Según Aristóteles el héroe trágico cae en desgracia por algún error fatal, la hamartia, pero… ¿cuál es el error fatal que comete Adela? ¿Qué hizo que la lleva a su muerte?

El error de Adela es simple, quiso vivir en un mundo de muertos, quiso decidir por sí sola en un mundo donde decide el rey (Bernarda), trató de hacer lo que su corazón quería y no lo que su madre quería. Uno en este caso se pregunta si todo lo que hizo Adela puede ser considerado un error. En su mundo sí pero en el nuestro no. Y aquí es donde volvemos a entender que Adela no calló en desgracia, Adela vivía en desgracia y es gracias a ese terror fatal que logra librarse de la desgracia y conseguir la libertad.

En la tragedia clásica y también en la de Lorca los personajes que dicen la verdad son pocos ya que generalmente todos los personaje están en el engaño y la negación. Esos personajes hablan con metáforas para decir las verdades, pero dentro de estas metáforas usan palabras simples. Lo que confunde más a los demás personajes que no entienden sus palabras por más simples que sean. Por eso se los tilda, generalmente, no de sabios sino de locos.

Además el único que las puede entender es aquel que logra liberarse de la ignorancia, aquel que tata de entenderlas y ver cómo solucionar sus problemas y no el que quiere que las pálabras le solucionen los problemas. El único momento en el que los personajes pueden entender las palabras de los sabios es cuando ya es tarde y cuando han pagado el precio de la necedad.

En la tragedia de Lorca el personaje que dice la verdad es María Josefa, la madre de Bernarda, la abuela de las niñas, el personaje más viejo y lógicamente con más experiencia de vida. María Josefa utiliza, obviamente, la metáfora en sus frases: "ni tu ni yo queremos dormir, la puerta sola se abrirá. Y en la playa nos meteremos en una choza de coral"…

Ella es la voz del deseo, la que nos anuncia el conflicto que se avecina y la que habla por los que no pueden hablar. Con sus palabras uno puede entender lo que está ocurriendo; es, con todas las diferencias, el Tiresias de Lorca. Es, también, el personaje que a través de la lectura más vida y más luz emana. Uno solo con leer sus palabras ve la emoción del personaje y la vida que irradia demostrándonos que solo se puede lograr la felicidad hablando la verdad y no callándose nada.


Kevin Grünbaum

sábado, 9 de agosto de 2008

La casa de Bernarda Alba

Adela es (si pensamos en las hijas de Bernarda) la que tiene un carácter más agresivo lucha por sus ideales, no puede permitirse que su madre consiga separarla de Pepe el Romano (la persona a la que ella ama) y para eso iba a pelear contra su madre, y no va a permitir que oprima sus sentimientos, antes de que logre eso, ella decidirá suicidarse.

La contracara de Adela claramente es Bernarda, que lucha por lo que cree que (supuestamente) es lo mejor para sus hijas, su imagen en el barrio y su status, pero en realidad les está haciendo un mal ya que está sacándoles la posibilidad de conocer el mundo fuera de su casa, conocer hombres y hacerse respetar por mismas.

La identificación con el personaje de Adela es muy difícil, debido a que es raro el contexto en el que vive, no nos identificamos quizás con tener que luchar contra una madre opresora, los lectores la reconocemos como una luchadora de la vida y es ahí donde podemos encontrar sentimientos, pero a la vez una terca, todo ese carácter que demostraba en el transcurso de la obra termina de forma tal que sentimos su rendición ante su madre que consigue lo que quiere, (separar a su hija de Pepe el Romano y que esta sea virgen). Y es allí donde, al ver la impotencia de nuestra heroína, reconocemos la peripecia de la obra y el espectador siente la catarsis al ver que todo terminó placentero porque por lo menos una hija se libero. En tu texto hay claramente una contradicción: hablás de la "impotencia de nuestra heroína", que "vemos la peripecia" (esto se entiende: cómo queriendo liberarse termina "rendida ante su madre que consigue lo que quiere" etc.) pero después decís que "por lo menos una hija se liberó". Son dos hipótesis de lectura válidas, pero contradictorias y excluyentes, implican dos posicionamientos ideológicos ante el discurso de la obra diferentes. La coherencia de la explicación exige una definición por parte de su autor (o sea, vos).

Maria Josefa (que es un Tiresias en la obra) advierte la realidad en forma muy poética, y hay un coro que intenta poner en el camino correcto a las hijas de Bernarda avisándoles cómo es el mundo exterior, en esta obra es La Poncia. Estos dos personajes intentan ayudar (no es necesario que haya sido concientemente) a que las heroínas atraviesen el proceso al que se le llama anagnórisis, y es la transición de la ignorancia al conocimiento. Este proceso Adela lo cumple y el punto final del proceso es la decisión de no vivir en estas condiciones.


La Poncia es un personaje que dice la verdad pero esta no tiene la personalidad para impulsar a las hijas de Bernarda a revelarse y ella tampoco tiene las agallas para hacerlo. Se muestra interesada en contarles las experiencias que se viven en el mundo fuera del mundo de Bernarda pero a la vez se muestra con la dueña de la casa como una persona de confianza a la cual le puede pedir consejos.

María Josefa es un personaje que sale de la realidad de la obra, en un contexto de personajes chatos, sin muchas ideas ni ideales y con mentes muy cerradas, la madre de Bernarda se destaca por su poesía y su originalidad al hablar.Y con el concepto del resto de los integrantes de la casa, que piensan que esta está loca, al entenderla nosotros, vemos que es el personaje más inteligente de la historia. Es el Tiresias de Edipo Rey pero esta es menos oída aun.

Muestra su odio sobre Bernarda le dice que tiene cara de leopardo, y muestra que no le tiene el amor que le tendría que tener a una hija “La hormiguita estará en su puerta, yo te daré la teta y el pan” Puede ser que no se comprenda esto dentro de la historia pero cuando lo analizamos nos darnos cuenta de muchas cosas. No siente que Bernarda fue una hija a la que haya podido disfrutar, amar y alimentar con amor, pone a una hormiga o a veces a una oveja como una nueva hija, dando a entenderle que no tiene otra hija mas que estos animales.

En un momento de la obra María Josefa habla con Martirio, una de las hijas de Bernarda y le dice claramente que por ser hija de Bernarda y acatar sus órdenes no iba a poder disfrutar de tener un niño y le hace entender que ella disfruta más de una oveja que de la hija que había parido, pero obviamente lo dice de una forma más poética: "…Ya sé que es una oveja. Pero, ¿por qué una oveja no va a ser un niño? Mejor es tener una oveja que no tener nada. Bernarda, cara de leoparda. Magdalena, cara de hiena…"

Cree que la dictadura de Bernarda acabará, por eso dice: "…La puerta sola se abrirá y en la playa nos meteremos en una choza de coral... Anunciando que ella se escapara y podrá disfrutar nuevamente de lugares tan lindos como una playa y al fin salir de la habitación en la que estaba encerrada."

Si los héroes trágicos consiguieran encerrar a los Tiresias, a las Marías Josefas, el lector se perdería de las predicciones de un personaje de adentro de la historia que son muy sabios y nos asombran. María Josefa no podía estar encerrada, ella lo dijo quería libertad: "…Yo quiero campo. Yo quiero casas, pero casas abiertas…"Adela tenía el mismo objeto de deseo que Maria Josefa, ambas querían ser libres, liberarse de Maria Josefa para vivir una vida independiente, tener novios, casarse, tener hijos y a pesar de esto, dentro de la obra Maria Josefa (el personaje mas viejo ) y Adela (El personaje mas joven) nunca se cruzan.

¿Que hubiese sucedido si María Josefa le hubiese pedido que le abriera la puerta a Adela en vez de a Martirio? ¿Se hubiesen escapado juntas?, ¿ o Adela no la hubiera comprendido?

Las palabras más sabias de la tragedia, al fin, las invocan personas sin mucho protagonismo en la historia pero que en su poca participación logra sorprender al espectador, hacernos entender que ellas son los dueños de la verdad.


Y así, a pesar de que había personas que podían poner en aprietos la autoridad dictatorial de Bernarda, ella logra mantenerse en pie, debido a que en el momento que parecía que la rebeldía de las hijas la iban a sobrepasar, se termina todo con la muerte de Adela y el silencio y la tranquilidad vuelve a reinar, "La hija de Bernarda murió virgen".


Matías Lerer



martes, 5 de agosto de 2008

El PERRO ANDALUZ

Ayer viendo Los Simpsons encontré una escena en la que Lisa y demás veían en un cine el trabajo de Buñuel y Dalí. Busqué el episodio en youtube y no estaba... pero encontré imágenes de este: