lunes, 5 de noviembre de 2007

No solo las mulas son híbridas

Estoy desnudo frente a todas esas personas. Parado en el medio de la vida. Tres paredes me rodean. La cuarta, me observa fijamente. No me sacan los ojos de encima. ¿Qué esperan de mí? ¿Alguna pirueta? ¿Querrán que me ponga una nariz de payaso y los divierta? No entiendo. ¿Actúo o me inhibo?

Solo. Estoy completamente solo. ¿Dónde está ese grupo de griegos que ponen en sus bocas lo que pasa por mi mente? Me vendría bastante bien en este momento.

¿Qué me susurran detrás del telón? ¿Que hable por mí mismo? ¿Que ya pasaron de moda? ¿Actuó o me inhibo?

¡Pucha, me siguen mirando! ¿Pretenden que baje adonde están ellos? ¿Que me siente en esas cómodas butacas a juzgar al loco que está arriba? No, jamás. Podría bajar el telón así dejan de mirarme. Sería fácil acabar con todos los problemas. Con soltar una soga, la gran tela caería y no tendría que enfrentarlos. No. El director no me lo permite. ¡Un segundo! Estoy pensando demasiado. La conciencia nos hace unos cobardes. El color natural de la resolución se enferma con el pálido tinte del pensamiento. Es por esa razón que sigo acá parado sin hacer nada, haciendo un monólogo en mi interior. Si se dieran cuenta de la tragedia que corre por mis venas, se levantarían y aplaudirían hasta que las manos se les desintegren. Pero no lo entienden. No son capaces de entender que sucede dentro de mí, por eso me empiezan a tirar tomates. Creo que tardé bastante en contestar la pregunta. ¿Actúo o me inhibo?

Ya no tiene sentido responderla. Me bajaron el telón. Ahora soy como la calavera de Yorick.




1 comentario:

Verónica Pena dijo...

Tu texto, Brenda, ahora publicado me vuelve a sorprender y a motivar comentarios. En primer lugar, que la imagen, así movida, distorsionada dice mucho más que lo que me imaginé cuando me la contaste; que siempre elegís muy buenas imágenes para que leamos tus textos, eso es genial, sencillamente genial.
Después, que es muy interesante (más tarde, en una entrada dentro de unos días, lo contaré) cómo retomaste tantas cosas de las que venimos hablando en clase, y de un modo tan personal.
Y que en el final, la frase me resuena con ecos diferentes: "ahora soy como la calavera de Yorick"... "soy la calavera de Yorik"... "soy de Yorik la calavera".
Gracias por compartir. Un abrazo.