sábado, 29 de noviembre de 2008

De paso, cañazo

“Tan razonable como representar una prisión de cierto género por otra diferente es representar algo que existe realmente por algo que no existe.”
Daniel Defoe

La peste es una novela valiosa por su interpretación de la solidaridad y caridad; estos valores irrumpen en la cotidianeidad y rutina de los habitantes de Orán y generan la unión del pueblo para combatir a la plaga de ratas que acecha a la ciudad. El problema de esta historia hace que sus personajes, los ciudadanos oranenses, tengan que enfrentar a la muerte, y para esto deben estar unidos, ayudarse, no ser egoístas, pensar colectivamente. No pueden ser vencidos por la plaga que embiste a todos por igual. En ese momento no deben pensar que todo esta perdido, no deben pensar de nada que es en vano, el futuro, la felicidad, el amor que espera el momento del reencuentro. Y me imagino que afuera de la ciudad, en los alrededores u otras ciudades o países o continentes, donde habiten los familiares de los oranenses, ellos quizás también tengan esa relación de sentimiento de impotencia al no poder ayudar de alguna forma a los encerrados.

Es una buena historia para aprender el compañerismo, que uno no vive solo en el mundo, que no es “soy” sino “somos”, como a mí me gusta la frase de “Los tres mosqueteros”:”todos para uno, y uno para todos”.


La Peste”, si tomamos al doctor Rieux como protagonista, se sostiene sobre un conflicto externo que la lucha contra la epidemia que las ratas traen a Orán; y sobre un conflicto interno, suyo, la contención ante el deseo de reencontrarse con su esposa, contracara del conflicto interno de Rambert, uno de los personajes secundarios, que es regresar a París donde está su amor.

En la extensión de su texto logra enfatizar tanto a la actitud de los personajes como la historia, que tiende a la tragedia. "Es verosímil por necesario que la desgracia del héroe trágico sea desproporcionada, casi injusta: no solo esa capacidad de sufrir da la medida del héroe sino también la dimensión de aquello que nos excede como individuos, de aquello que nos trasciende (sí, sí, los dioses, pero -en verdad- en el siglo V a.C., mucho más, sobre todo, el bien común, la Polis).” (Pena, Ficha de cátedra. 2008)

La ficción en esta novela resalta la realidad de la vida cotidiana. Una peste cuyo origen es misterioso irrumpe en la vida de la ciudad y ocasiona la muerte de una gran parte de la población; se cierran las rutas que comunican con el exterior como método profiláctico para evitar el mal en otras tierras. Aunque esto no va a ser verosímil en una ciudad común y corriente como por ejemplo Buenos Aires, tiene una lógica dentro del marco de la racionalidad de su gobierno, que dicho sea de paso parece el Estado nazi que mata judíos en la pestífera reclusión de los campos de concentración.

Sebastián Fasanelli


Imágenes: 1) afiche del film de Luis Puenzo de 1991, que adaptó la novela; 2) máscara clásica de médico de la peste (Venecia).


No hay comentarios.: