jueves, 20 de noviembre de 2008

Lacrimógena y cruel novela rosa

El jueves 27 de noviembre de 2008 a las 15:00 la madre de Dana entró a su cuarto, despertándola a los gritos, remarcando lo tarde que era. El ya mencionado jueves 27 de noviembre a las 16 30, Dana se sentó frente a la computadora, dispuesta a empezar su trabajo, pero se distrajo en otras cosas absurdas del mundo virtual.

El ya mencionado jueves 27 de Noviembre de 2008, a las 17 hs, Dana finalmente se dispuso a escribir acerca de Manuel Puig y sus Boquitas Pintadas, y descubrió muchas cosas, en principio, lo mucho que la había disfrutado.


Manuel Puig fue un apasionado del cine, a ese arte se dedicó en un principio, y luego empezó a escribir. La sensibilidad es lo que lo caracteriza, y no quiero ser tan básica como para atribuirle esto a su homosexualidad, pero en Boquitas Pintadas, algo femenino está presente. Él mismo decía que debía haber nacido mujer, y se llamaba a sí mismo Rita o Julie -por Julie Christie-. Hablaba de los demás en femenino, dándoles nombres de actrices: Carlos Fuentes era Ava Gardner, Mario Vargas Llosa era Elizabeth Taylor, Tomas Eloy Martinez era Faye Dunaway o Jane Russell.

"Soy una mujer que sufre mucho"; "Si pudiera, cambiaría todo lo que voy a escribir en la vida por la felicidad de esperar a mi hombre en el zaguán de la casa, con los rulos hechos, bien maquillada y con la comida lista. Mi sueño es un amor puro, pero ya ves, estoy condenada a los amores impuros."

Boquitas pintadas es un reflejo de este sufrimiento y esta pasión por el amor. Es para mi una lacrimógena y cruel novela rosa.

Con ese estilo de agenda informativa con detalles cronológicos; con la colaboración de un narrador omnisciente y con el uso de pensamientos y conciencias relatadas, fichas de sala de maternidad, noticias de la policía, obituarios y especialmente cartas y tangos los lectores vivimos cómo se va escribiendo, poco a poco, esta historia de amor, crimen y desencuentros.

Me sorprendió desde el primer momento la manera en la que está narrada. Manuel Puig no se conforma únicamente con contar la historia de una manera. Alterna. El discurso toma distintas formas, conmuta, lo que no facilita la labor de deducción, sino que lo hace más jugoso, más exprimible y así genera una forma de intimidad con los personajes: uno no conoce solo una cara de Juan Carlos y de Nené, se entera de lo que piensa, de lo que hace, lo que siente. También estos cambios confunden, en el momento en el que uno ya esta cómodo con forma en la que está transcurriendo la historia, y ya asimiló de cuál de los tantos personajes está hablando, nuevamente Puig impone otro formato, algo más para comenzar a entender de nuevo.


La novela comienza y termina con una muerte. Está estructurada en dos partes y dieciséis entregas; y cada una tiene como epígrafe líneas de un tango, que suelen ser de Gardel o de Le Pera.

La primera parte “Boquitas pintadas de rojo carmesí”, comienza con la lectura de Nené, del obituario de Juan Carlos. En esta primera parte, Puig nos "entrega" el romance de Nené con el hermoso, seductor, e infiel Juan Carlos Etchepare. También encontramos aquí, en un segundo plano que cuesta identificar como tal "segundo", el triángulo de Mabel, Raba y Pancho, quienes proporcionan el elemento oscuro de crimen y suspenso de esta trama, y la relacionan íntimamente con el género policial.

La segunda parte es titulada “Boquitas azules, violáceas, negras” y es la encargada de desatar las tensiones que empezaron en la primer parte. “Boquitas pintadas” es una frase de un tango. Y como dijo sabiamente Kevin Cabuli, la novela en sí es un completo tango. El autor explica: “yo sentía que esos personajes, de un pueblo en La Pampa, estaban inmersos en una atmósfera gardeliana, que eran personajes que creían en las letras de los tangos sin atreverse a vivir como un tango”. Los personajes son muy reconocibles, y esto genera la intimidad y el encanto del lector por la obra. Juan Carlos es el galán de telenovela, machista y arrogante. Nené es inocente y quiere hacer lo correcto; fue víctima sexual del Dr.Aschero, lo cual la avergüenza; sigue enamorada de Juan Carlos y aunque se casa con otro, no puede ser feliz. Ella idealiza al novio enfermo y con el paso del tiempo se olvida de sus defectos y de sus traiciones. Celina, hermana del protagonista, es claramente la villana de la obra. Mabel es la niña rica, consentida que termina mal, y te decepciona con el escándalo con Pancho. Pancho y Raba son típicos personajes humildes, usados y maltratados por los patrones o por las condiciones sociales en que viven. De los personajes femeninos, la Raba es la que mejor termina: rodeada de hijos, casada con su vecino y gozando de sus numerosos nietos a pesar de haber asesinado a Pancho al darse cuenta de su engaño.


Llore, sufrí y me enamoré mientras pasaban las páginas rosas. La argentinidad y el romance de Boquitas Pintadas van a hacer seguramente, que el pueblo de Vallejos me acompañe a todos lado.

Dana Lerner


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